Una multitud copó las tribunas del Monumental. Es que el partido de anoche no fue uno más de la Selección Argentina, fue uno de esos momentos que son únicos, porque fue la despedida de Lionel Messi con la camiseta albiceleste de sus compatriotas. Él mismo se encargó de darle trascendencia al match contra Venezuela, cuando comentó desde Miami que estará toda su familia. “Mis padres, hermanos, y la familia de mi mujer”, afirmó.

Esa decisión tomó desprevenidos a quienes no están tan duchos en temas futbolísticos. Algunos -en la popular dirían que son japoneses- entendieron que se retiraba del fútbol.

Por fortuna queda Messi para rato, o por lo menos por un año más, hasta que se dispute el Mundial de los Estados Unidos. Entre medio quedará la Finalissima contra España (marzo en Estados Unidos) y un par de amistosos preparatorios para la Copa del Mundo de Estados Unidos, México y Canadá 2026.

Anoche, a las 19.50 los argentinos salieron al césped del estadio de Nuñez a realizar los movimientos precompetitivos y las tribunas se “cayeron”. El “vení, vení, canta conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar”, surgió atronador. El crack daba dos pasos y saludaba con los ojos llenos de lágrimas.