En las zonas alejadas de la provincia hay una gran cantidad de mano de obra que permanece ocioso o que no se ha podido insertar en el campo laboral por falta de capacitación o especialización. Si bien las universidades Nacional de San Juan y Católica de Cuyo salieron hace un par de años a dictar algunas carreras cortas específicas, acorde a las necesidades que se estaban planteando en algunos departamentos, esta oferta universitaria no fue para todos y quedaron muchos grupos de adolescentes y jóvenes sin poder acceder a una capacitación que les permita tener la posibilidad de acceder a algún trabajo en los que puedan desempeñarse con idoneidad.
Por parte del Gobierno de la provincia también se han estado impartiendo cursos de capacitación a través del INAP, que es un portal destinado especialmente para esta actividad, y 9 talleres destinados a mejorar la calidad de empleabilidad basados en el programa Aprender, Trabajar y Producir. Ambas iniciativas han tenido muy buena recepción entre jóvenes del Gran San Juan, pero no han sido muy efectivas con la población de la periferia o zonas alejadas que se ven marginadas y con poca motivación para seguir estos cursos.
Aprovechando los recursos tecnológicos que se disponen en la actualidad y gestionando que el internet llegue eficientemente a los puntos más alejados de la provincia, el Gobierno provincial y las universidades locales podrían abrir el abanico de ofertas y llegar con capacitación a esos sitios más alejados donde hay numerosos jóvenes dispuestos a aprender un oficio o alguna disciplina que les permita ser tenidos en cuenta cada vez que una empresa necesite mano de obra especializada o conocedora de la actividad que está desarrollando.
La utilización de teleconferencias, clases en línea, la transmisión de contenidos a través de las redes sociales o mediante aplicaciones como whats app, son recursos que se pueden utilizar dentro de la tarea de llegar a todos los rincones de la provincia con la capacitación que está siendo necesaria en los rubros más demandados.
Hay profesionales de primer nivel en distintos rubros, que pueden ser contratados como profesores, e instituciones como el INTA, para que aporte sus conocimientos en materia de producción frutihortícola, uno de los rubros donde más se carece de trabajadores capacitados para las tareas que las empresas exigen.