En los tiempos en que vivimos la actualización infomática de los municipios es tarea prioritaria. Las decisiones que en este sentido se tomen de ahora en adelante determinarán si estos gobiernos podrán responder con eficiencia a los nuevos desafíos basados en una mayor demanda ciudadana, expectativa de transparencia, necesidad de optimizar recursos y urgencia de conectar territorios remotos. El objetivo de la modernización es gobernar mejor y esto a su vez implica gobernar para todos.
En nuestra provincia algunos municipios, como Capital o Rawson, han dado pasos hacia la digitalización, pero la mayoría aún mantiene estructuras obsoletas que generan demoras, costos extras y malestar ciudadano. Este atraso se vuelve mas notorio en los departamentos alejados del Gran San Juan, como Valle Fértil, Iglesia, Calingasta, Jáchal o 25 de Mayo, donde las distancias y la falta de conectividad agravan la situación. En esos lugares hacer un trámite puede significar horas de viaje, gastos innecesarios y pérdidas de tiempo para los vecinos.
Por lo tanto la modernización informática de todos los municipios sanjuaninos es una prioridad estratégica. Hay que entender que no se trata únicamente de instalar un software o habilitar ventanillas digitales, implica un cambio cultural y metodológico que exige simplificar procesos, capacitar al personalo y garantizar infraestructura tecnológica en cada rincón de la provincia.
En los municipios se resuelven los problemas cotidianos -del alumbrado público al tráfico, de los trámites municipales a los controles sanitarios- y, sin embargo, en muchos casos, la infraestructura informática y los sistemas de gestión siguen siendo de décadas pasadas. Estos métodos atrasados implican costos concretos: tiempo perdido, recursos malgastados, ineficiencia financiera y poca transparencia. Cuando los ciudadanos quieren hacer un trámite tienen que desplazarse, esperar, hacer fotocopias; los funcionarios duplican tareas; los recursos se destinan a procesos redundantes en lugar de mejoras de servicios. En contraste, los municipios que han dado paso hacia la digitalización -expedientes digitales, trámites online, sistemas de gestión modernos- muestran que con voluntad política, una mínima inversión y planificación, es posible transformar radicalmente la gestión pública local.
La provincia de San Juan, como muchas otras jurisdicciones argentinas enfrenta retos estructurales: limitaciones presupuestarias, brechas de acceso a la conectividad en zonas rurales, desigualdad en recursos humanos capacitados y una demanda ciudadana creciente de servicio más eficiente y transparentes. En ese contexto la actualización informática no es lujo, sino una necesidad imperiosa.
Lo que se consigue con esto es menor papeleo, menos horas de personal destinando esfuerzos administrativos redundantes, menos consumo de insumos como papel y tinta, y menos traslados innecesarios.
