El anuncio de que las oficinas centrales de ANSES en San Juan serán trasladadas al edificio del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), dentro de la política de reducción de gastos implementada por el Gobierno nacional, más allá de causar admiración ha generado una sensación de despojo en perjuicio del principal organismo de la vitivinicultura que funciona en la provincia y que tiene la tarea de realizar la recopilación y gestión de información clave para el sector vitivinícola, incluyendo la estimación de producción de uva, la fijación de estándares de calidad para los vinos, la promoción de la actividad vitivinícola y la simplificación de trámites para productores y bodegueros. Además, de ser un centro de investigación imprescindible para la industria vitivinícola por lo que no se debería avanzar en la reducción de espacios o dependencias como se pretende realizar en esta ocasión.
De acuerdo a lo previsto las tradicionales oficinas de ANSES de calle Tucumán al 100 Norte, se trasladará en una semanas más al edificio del INV de calle Rivadavia 665 Oeste, a escasos metros del Centro Cívico, en un operativo de mudanza que implicará un gran movimiento y mucho cuidado ya que deberán trasladarse los archivos de los últimos 20 años que dispone el organismo en formato papel. Pero hay otros inconvenientes que han sido señalados por personal y directivos de la delegación local del INV, entre ellos que el edificio cuenta con un subsuelo, tres pisos y un microcine que lleva el nombre de Oscar González Valverde, todo esto comunicado por escaleras y dos ascensores, lo que lo hacen poco funcional para un organismos como ANSES que es frecuentado en su gran mayoría por personas mayores. El tema de los sanitarios y la evacuación del edificio también presenta complicaciones, ante la masiva presencia de público que se prevé.
En una provincia como San Juan, donde la vitivinicultura ha sido históricamente la industria base de la economía, contar con una delegación del INV, más allá de una necesidad es un justo reconocimiento de que la provincia ha ocupado siempre un lugar de preponderancia como exponente de la actividad. Reducir su espacio u ocupar parte del edificio con un organismo como ANSES, que también tiene su propia identidad y un movimiento intenso, con mucha afluencia de público, es condicionar su desempeño en un ámbito que fue ideado para atender las cuestiones vitivinícolas. Hay que tener en cuenta también que en el lugar hay otras oficinas de entidades nacionales que funcionan desde hace un tiempo como la COVIAR (Corporación Vitivinícola Argentina), el INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) y el SEDRONAR (Secretaría de Políticas Integrales sobre Drogas), entre otros, pero que por tener menos movimiento no presentan mayores dificultades.
Los promotores de la iniciativa deberían tomar en consideración varios aspectos vinculados a la funcionalidad del edificio del INV y antes de disponer el traslado reveer la medida que más que soluciones ocasionará serios trastornos en el futuro, como lo vieron las autoridades de las oficinas de Acción Social de la Nación que realizaron una inspección para ver si se trasladaban a este lugar y determinaron que no era viable ese objetivo.
