Gracias a la interpretación del tango de Cátulo Castillo, ‘Caserón de tejas’, el joven sanjuanino Jaime Muñoz dio otro salto en la etapa de los ‘Rounds’ de La Voz Argentina. Al obtener los mejores puntajes secretos por parte del jurado, el boxeador logró pasar a la siguiente fase como integrante del equipo Lali. Tras el resultado, Muñoz contó a DIARIO DE CUYO que el margen de error se achica cada vez más para cualquiera. ‘La canción que me tocó es muy buena y me salió parecido al que me tocó en los Knockouts. No me tenía tanta fe, pero gracias a Dios los coaches me salvaron. Ahora quedará ponerse a la altura para el desafío que viene. A los demás compañeros los veo muy bien, están en un nivel muy alto y ya se tiene que cortar muy fino. Sinceramente todos los que están acá merecen estar, porque están haciendo muy bien las cosas’.
Al llegar a estas instancias, la dificultad aumenta y en los rounds ahora se estrenó un nuevo sistema de votación secreta, que va de un puntaje del uno al 10 y que lo establecen los jurados. Al respecto, el también guitarrista explicó su parecer: “Creo que es favorable porque ahora empareja y a cualquiera le puede beneficiar. La suerte puede caer en todos, depende de cómo cantemos. Si uno de nosotros se equivoca ya no podrá continuar. Igual siento que esto no me genera presión alguna porque todos los que hemos llegado hasta aquí, demostramos lo bueno que sabemos hacer’, opinó el sanjuanino.
El mecanismo es el siguiente para los ‘Rounds’. Cada integrante del equipo debe presentarse frente al jurado. Todos los coaches -excepto el líder de ese grupo- otorgan una calificación secreta del 1 al 10, que permanece oculta para la audiencia durante la transmisión.
Lali, protegió a Alan Lez, Iara Lombardi y Valentino Rossi. Los demás quedaron sujetos a la votación del resto del jurado. El más votado resultó Jaime Muñoz, seguido por Lola Kajt y Giuliana Piccioni. En uno de los pasajes divertidos del show, Luck Ra le entregó una caja con unos guantes de boxeo y como Jaime conoce bien la materia, se puso a practicar con el conductor Nico Occhiato, mientras el cordobés hacía de árbitro, provocando una graciosa escena pugilística.

