La tarde soleada fue la escena natural y excepcional para levantar el ánimo a cientos de espectadores y poder compartir un día en familia con los artistas, músicos y bailarines de varios departamentos de la provincia. Reunidos frente a un enorme escenario montado en la Plaza Hipólito Yrigoyen, la fiesta ‘San Juan Siempre’ sirvió para celebrar los 463 años de la fundación de la ciudad de San Juan. El encuentro estuvo signado por la emoción, la música tradicional y popular, junto a una nutrida oferta de propuestas gastronómicas, productos artesanales, juegos didácticos y recreativos para los más chicos. Este festejo que tuvo su primera edición el año pasado por la actual gestión de la Municipalidad de Capital, repitió la fórmula y en esta ocasión se aprovechó más espacio en la plaza para que el público estuviera cómodo en mesas, sillas y a elección, algunos grupos traían sus reposeras con conservadoras.

La alegría de bailar y disfrutar una tarde al aire libre y a pleno sol, junto a familiares y amigos.

Bajo la conducción de Marcela Podda y Pascual Recabarren, la jornada inició con el Ballet Municipal de Angaco y el Ballet Municipal de Chimbas al mediodía que presentaron vistosas coreografías. Luego fue el turno de Ludmila Aballay de San Martín, sucedida después por Amigos del Camino (25 de Mayo), el Ballet Municipal de Jáchal, el Ballet San Juan Nuestro Tiempo, Los Arrieros Huaqueños y el santaluceño Alejandro Ontiveros. Uno de los momentos emotivos y llenos de intensidad, fue la solista de malambo Valentina Villalón de Valle Fértil, quien dio una demostración de destreza y habilidad tan cautivante que se ganó los aplausos vigorosos del público.

Por la tarde, llegó el elenco Sembrando Ilusiones de Pocito que presentó el cuadro coreográfico ‘La china más linda del Quinto Cuartel’. Mientras que la dupla pocitana Doble A, plantó una zamba, un tema cuartetero y una cumbia que hizo sacudir a la platea de sus sillas para ponerse a bailar. El Ballet Municipal de Rawson también hizo lo suyo y pudo lucir sus cuadros de danza y abonó el terreno para recibir a Tres para Cuyo. A ritmo de cuecas y gatos, movilizó a los asistentes nuevamente a bailar y agitar pañuelos. Cuando el atardecer fue avanzando y los rayos del sol se iban debilitando, la Academia Semillas de Vida subió a escena con una impronta patria en su performance y su vestuario. Por su parte, Lautaro Ortiz se plantó solo con sus canciones y también animó a muchos a no quedarse sentados en las sillas. Y lo mejor todavía estaba por venir. Porque Los Videla, con Noemí y Claudio que hicieron una entrada potente fiel a su estilo festivalero. Para el cierre de esta edición, llegó el grupo Canto 4 (que estuvo en el lugar del promocionado Ahyre que por una situación imprevista el grupo no pudo actuar) con sus grandes éxitos.