La jueza Carolina Parra, dio a conocer por qué consideró ‘negligente e imprudente’ la actuación de la odontóloga María Pellice (39) al decidir sacarle 12 dientes a un niño de 5 años en una cirugía programada, practicada el 14 de setiembre de 2017. Y en qué pruebas se basó para condenarla, el pasado 19 de marzo, a 1 año de prisión en suspenso e inhabilitarla por igual período para ejercer su profesión, pues entendió acreditado que cometió el delito de lesiones culposas, ya que de todas esas piezas dentales, sólo dos estaban en condiciones de ser extraídas, 6 podían ser tratadas y 4 estaban sanas, según los peritos.
‘Según sus propios dichos, Romina Pellice decidió llevar a cabo las extracciones para preservar la salud del menor a futuro, por estar en riesgo su vida debido a la infección existente en la zona periodontal. Sin embargo, no surge ni de sus dichos, ni de ninguna otra prueba incorporada, ya sean otras testimoniales, pericias, informes, historias clínicas, el respaldo de esta afirmación’, dijo la jueza en sus fundamentos, en gran medida adherentes al planteo de la fiscal, Claudia Galante, y la abogada de la Parte Querellante, Yamila Piozzi, quienes habían pedido condenar a la profesional.
Y agregó: ‘(…) para nada acredita el posible riesgo de vida que la determinara a tomar unilateralmente la decisión de extraer las 12 piezas dentarias, incluidas 4 de ellas sanas. Incluso en el caso de que existiera un riesgo de vida concreto, debió dejar al menor internado para un mejor control y seguimiento, realizarle estudios complementarios, suministrarle antibióticos endovenosos. Nada de esto sucedió. Es decir, que la odontóloga advierte un riesgo en la salud tan grave que justifica la extracción masiva, pero no deja constancia alguna en indicaciones o prácticas de lo expresado’.
Según la magistrada, ‘tampoco les informó a los padres del menor las posibles consecuencias de una infección. A ello debo agregar que si la infección en la boca del menor, o la posible celulitis facial era de tal magnitud que ponía en riesgo la vida del menor, la intervención debió ser de urgencia y no programada con la antelación que se ha comprobado en el transcurso del juicio’.
Los defensores, Fernando Castro e Ivana Salas, habían pedido la absolución lisa y llana de la profesional, por entender que actuó de acuerdo a las circunstancias (la infección del menor), sin cometer delito alguno y sin provocar lesión ni daño, pues al día de hoy la salud bucal del chico es buena.
Sin embargo para la magistrada, ‘la extracción de 12 dientes de leche en un único acto quirúrgico provocó en el menor dolores y molestias constantes, dificultades para masticar, para comer, para digerir, en el habla y en el crecimiento. También se vio afectada su imagen corporal, su estado emocional, su autoestima, su curva del crecimiento, el desarrollo del lenguaje. Su imagen física provocó burlas entre sus compañeros de la escuela quienes no entendían porqué un niño de 5 años no tuviera dientes. Lo ocurrido provocó en el menor no solo daño físico sino además daño psicológico’.
Luego de conocer los fundamentos de la sentencia, los defensores anticiparon que reclamarán ante la Corte de Justicia, con la intención de revertir el fallo.

