El juez del Tribunal de Impugnación, Maximiliano Blejman, confirmó la condena de 5 años y 2 meses que, al cabo de un juicio, le impusieron el 20 de mayo pasado al cuidacoches Ramón Oscar Carballo (55) por hacer plata durante cuatro años con la prostitución de una joven (hoy de 28 años), maniobra agravada por aprovecharse del estado de vulnerabilidad de la víctima, quien presenta un marcado retraso madurativo (tiene la edad mental de una niña de entre 7 y 9 años), con escasa o nula contención familiar, algo que la llevaba frecuentemente a vivir en la calle, donde se habían conocido. El castigo confirmado es, en la práctica, más elevado, pues a la pena por el delito sexual a Carballo se le había sumado otra de 1 año que recibió el 22 de abril de 2020, por lesiones leves agravadas y amenazas agravadas por el uso de un arma, indicaron fuentes judiciales.
El caso se había descubierto de casualidad en la escuela para chicos con discapacidad a la que concurría. Sucedió que un día, la joven resultó golpeada por uno de sus compañeros y enseguida cayó Carballo a la escuela para interiozarse, haciéndose pasar por su padrastro. Pero una expareja y la propia madre de la chica dijeron entonces que ese sujeto no era el padrastro y, más aún, revelaron que tal vez la sometiera al ejercicio de la prostitución. La misma joven ratificó esa suposición, cuando describió a Carballo como un amigo al que, simultáneamente, tampoco quería porque le decía si ‘quería hacer una platita’, con la ‘venta de su cuerpo’, pero cuando ella le llevaba el dinero recaudado muchas veces se lo quedaba todo y no le daba nada.
El informe de las psicólogas que entrevistaron a la víctima, el testimonio de un empleado de hotel que veía a la joven ingresar con los clientes y notaba su falta de capacidad intelectual, el testimonio de docentes y familiares de la chica, fueron prueba suficiente para que la fiscal de la UFI ANIVI, Andrea Insegna, solicitara 7 años de castigo para ese sujeto, aunque finalmente el juez, Roberto Montilla, consideró necesario dejarlo en 5 años 2 meses, porque Carballo es alguien que también está en situación de calle y su capacidad intelectual está por debajo de la media, aunque comprende cuando un hecho es criminal y puede dirigir sus acciones. Según un psicólogo que lo abordó, Carballo puede manipular a las personas en su favor, pues presenta ‘mecanismos psicopáticos’.
Fue el defensor, Jorge Videla, quien pidió revisar el fallo, por considerar que un certificado de discapacidad no acreditaba ese estado ya que para eso necesario que un juez declare cuán afectada está o no la capacidad de una persona. Y porque entendió que hubo una valoración arbitraria de la prueba. Mantuvo sus argumentos ante el juez Blejman, quien confirmó la sentencia luego de escuchar la oposición de la fiscal de Impugnación, Marcela Torres.

