La situación tuvo que llegar a un punto extremo en el Parque de Mayo y sus alrededores, tal el caso de la Plaza España frente al Centro Cívico, para que las autoridades municipales de la Capital intervinieran desalojando a varias decenas de manteros y otros vendedores ambulantes que a diario instalaban sus puestos de venta en este icónico paseo público.

La exigencia de una autorización para ejercer una actividad comercial en el lugar fue suficiente para que el parque volviera a recobrar su fisonomía de espacio verde elegido por miles de sanjuaninos para pasear, recrearse o para realizar alguna actividad física entre las que se destacan las habituales caminatas.

Desde distintos sectores de la comunidad, entre ellos el comercio y los vecinos, al ver el gran número de manteros y vendedores ambulantes que se instalaban cada día en el parque, exigieron a la comuna la regularización de esta situación para evitar que el sitio se convirtiera en un mercado a cielo abierto de mercadería de dudosa procedencia y de otras prácticas que estaban afectando la estética de la zona, con la acumulación de grandes cantidades de residuos o desechos de cada uno de los puestos, entre ellos los dedicados a la venta de comidas rápidas.

Este mismo planteo se ha generalizado en el resto de los parques, plazas o espacios verdes de distintos puntos de la provincia. Son muchos los departamentos como Rawson, Caucete, Chimbas, Rivadavia y Santa Lucía, entre otros, que afrontan situaciones similares en sus espacios verdes donde, por lo general, los fines de semana se instalan distintos puestos de venta que compiten con el comercio local al ofrecer mercadería similar y que ocupan un espacio que a los municipios les cuesta mucho mantener en buenas condiciones.

En la mayoría de los casos esas ferias nacieron como puestos de venta de artesanía y luego se convirtieron en ferias americanas para la venta de ropa usada, hasta que comenzaron a traer vestimenta que ingresa a la provincia de manera ilegal al no cumplir con la facturación correspondiente y no poder demostrar su verdadero origen.

El pedido de regularización de esta actividad se ha comenzado ha hacerse escuchar en todos los departamentos, por lo que las comunas tendrán que salir a ordenar una situación que se viene planteando desde hace tiempo, amparada por la consideración de la difícil situación socioeconómica, con lo que se ha permitido estos centros de venta que no cumplen con ninguna de las disposiciones establecidas para el comercio como es la de pagar impuestos, contribuciones o derechos propios para ejercer esta actividad.