Hay momentos decisivos. Situaciones cumbre que definen lo que puede pasar, lo que puede venir y para el Atlético San Martín hoy es ese momento. Es que visitar a River Plate en el marco de la séptima fecha del Clausura de la Liga Profesional de AFA es la gran prueba de fuego para este Verdinegro que mejoró largamente respecto del Apertura pero que está más que condicionado para quedarse en Primera. El presente de San Martín es prometedor. Con haber recuperado el potencial como local ya ganó en confianza y buscar la gran victoria del año como visitante no parece ser misión imposible. Pero claro, a todo lo bueno que mostró en Rosario por ejemplo, ahora tendrá que potenciarlo para intentar llevarse algo del Monumental ante un River que gana pero no convence y que hoy tendrá rotación en su formación, pero que siempre seguirá siendo River.
En lo futbolístico, el modelo que Romagnoli encontró con la llegada de Salle en este segundo semestre no se toca. En los nombres, solo hay alguna duda por el sector izquierdo del mediocampo entre Pablo García Lafluf o Sebastián González. El resto, casi idéntico al equipo que ganó ante Gimnasia. Iacobellis parece haberse ganado su lugar y eso se respeta.
Del otro lado, River que viene de avanzar en la Copa Argentina por penales, rotará. Ni Montiel, ni Acuña en los laterales, tampoco Enzo Pérez ni Nacho Fernández en el medio, ni tampoco Maxi Salas en el ataque. Pero claro aparecen nombres como los de Quintero, Colidio, Borja y algunos más que respaldan la teoría de que en los grandes, no hay suplentes.
San Martín se juega mucho más que tres puntos. Es la gran prueba de fuego para quedarse.

