Subió a sus redes una foto suya en bikini, con el cabello suelto, a orillas del mar, prácticamente impecable. “Esta soy yo. De vacaciones, buena luz, posando’, escribió. Y luego, junto a otra distinta en ropa interior, que deja ver algunas “imperfecciones’, tipeó: “Esta también soy yo. En casa, sin buena luz, sin posar’. Con esa comparación, que se hizo viral, Paulina Porizkova no quería otra cosa que dejar un mensaje… y no solo a las mujeres. A sus 60 años, la ex top model checa que fue ícono de los “80 sigue flameando una bandera distante, en general, de las campañas, marquesinas y portadas que se ven a diario, que a lo largo de décadas han puesto a las mujeres bajo mandatos imposibles, so pena de ser criticadas y hasta denostadas a la voz de “en cambio, mirá ella….’ Y no es que Paulina reniegue de las producciones de belleza y moda -de eso vive, a decir verdad- y mucho menos de ser una mujer que se ocupa de sí misma, de estar y verse bien -cosa que, de hecho, hace-, sino simplemente pretende que cada cosa esté en su lugar y no todo en la misma bolsa. Una forma de pensar “honesta’ -como la han llamado- que, además de su belleza madura (es cierto), hizo que, por ejemplo, una marca volviera a convocarla décadas después de haber sido su cara, con un propósito. ¿Cuál? Sacudir estereotipos y estándares, principalmente la asociación belleza/juventud que hasta no hace tanto (si es que puede hablarse en pasado) se erigía indisoluble y excluyente. Sí, la marca tendrá su objetivo comercial y para la Porizkova significa vigencia e ingresos, pero no deja de ser un potente mensaje que resuena, que se va extendiendo y va echando raíces, cuando antes ni siquiera se hablaba de ello.



TIPS
Segura de sí misma, Paulina suele subir fotos reales, “desfavorecedoras’, que dejan ver arrugas y flacidez, por ejemplo. Y no pocas veces se mofa de los haters.

