Una controvertida decisión arbitral provocó la ira del público y una aglomeración mientras se jugaba una final.

La violencia desatada en un estadio de fútbol de Guinea dejó un saldo provisorio de 100 muertos, informaron ayer lunes las autoridades de aquella nación.

Ocurrió durante la final de un torneo en honor al líder militar de Guinea, Mamady Doumbouya, en un estadio de Nzerekore, una de las ciudades más grandes del país.

Algunos aficionados lanzaron piedras, lo que provocó pánico, de acuerdo con las primeras informaciones que suministró el Gobierno, que también prometió una investigación del hecho. La agencia de noticias Reuters pudo constatar un video en el que los aficionados saltaban altos muros para escapar de donde se producían avalanchas.

Muchas víctimas eran menores de edad que se vieron atrapados en medio de los disturbios después de que la Policía reprimiera con gases lacrimógenos.