Hace varias décadas está radicado en Estados Unidos, pero cada tanto, visita a amigos y familiares de su pago chico, porque más allá del tiempo y de la distancia, esta tierra cuyana es difícil de soltar, donde hay lazos difíciles de cortar. Rubén González no puede quedarse quieto, con su alma y cuerpo de trotamundos, regresa esta vez para pisar la sala del Auditórium del Teatro del Bicentenario, para ofrecer su recital solista denominado ‘De San Juan a Nueva York’.

Como fino artesano de las palabras y los acordes, Rubén logra la fórmula de fusionar algunas notas de la canción folklórica, con el toque del rock nacional, el tango, con otros sonidos más ligados a la vida urbana neoyorquina. Surgen así canciones auténticas y originales que estarán al alcance del oído y los demás sentidos de los espectadores, parar propiciar un encuentro íntimo y cercano. Este jueves 7 de agosto, el músico contará con otros ‘compadres’ invitados al show, Daniel Giovenco y Guillermo ‘Gokú’ Illanes. Aprovechando su estadía, Rubén habló con DIARIO DE CUYO acerca de aquello que lo moviliza para ir y venir con su música, su mirada del mundo y su lugar en él.

‘Siempre hay afectos a los que volver, canciones nuevas que escribir, entregarse de cosas, siempre es un gusto volver, esta vez será más enfocado en lo mío, con mis canciones, que van creciendo con los años y que queden en la gente’, dijo el trovador.

Imaginándose como si fuera una carrera de bicicleta, el recital será como una suerte de viaje de ida y vuelta que él prefiere bautizarla como ‘la doble Nueva York-San Juan’, donde hay estaciones a lo largo de las canciones escritas por su puño y letra. Son canciones con historias, con héroes, villanos, victorias y fracasos de la vida urbana y social, con una fina y aguda mira política de fondo: ‘Serán temas que compuse en todo este tiempo que estuve viajando’, explicó. ‘Canto sobre el ser humano y sus circunstancias, y justamente, como son las relaciones de poder, donde un intendente, un gobernador o hasta un presidente, están en un lugar tan alto, que no pueden la miseria de una señora que en su realidad pide plata para comer en plena ciudad. Mis canciones en general no acusan, pero si marcan ese abismo entre los que dirigen y el pueblo’, desarrolló González el espíritu de sus letras que se reflejan en temas como ‘2043’, ‘Paredón’, ‘Woman of war’, ‘Cantar para ser libre’, entre otras creaciones propias.

Decidido a salir de la provincia a fines de los años 80, Rubén emprendió varios caminos y rutas, hasta que se le presentó la oportunidad que, por intermedio de su hermano que vivía en Nueva York, lograra tener el pasaporte para emigrar. ‘No encontraba un modelo de vida aquí, vi demasiado desamor en aquellos años, un poco me fui enojado y salté las fronteras. Cuando llegué me tomó tiempo asimilar muchas cosas. Conocí la Peña del Bronx, que se reunían chilenos, argentinos y otros activistas escapados de dictaduras y crisis económicas. En ese lugar, se reunían todos los latinos que buscaban un futuro mejor y fue como el bolsillo del tercer mundo’, recordó con nostalgia. ‘En Estados Unidos, la clase trabajadora y la clase media sufre mucho, porque se oprimen así mismos. Y con la situación de la migración y las detenciones a inmigrantes se volvió muy duro y difícil’, comentó el músico de cómo es la realidad cotidiana de la vida en la gran metrópoli.

Pero en medio de tanto caos, desigualdad y problemas sociales en una urbe cosmopolita, Rubén planteó que el mejor refugio que tiene es la música con la gente: ‘la respuesta está ahí, en conectarme al público, a la familia, a los grupos a los cuales pertenezco, cuando hay opresión, la canción puede refugiarte. Doy gracias que la música me salvó la vida’.

Instalado y reconocido entre pares, en la ciudad de la gran manzana desarrolló y fusionó tango y jazz, más otros ritmos e improvisaciones con música afroamericana junto al compositor Makanda Ken McIntyre. Logró estar en bandas tales como Cables y Carteles, Hecho a Mano, y Handmade for Kids. En su trayecto solista publicó los discos ‘Foto de mi aldea’ (2006), La libertad (2010), I’m working on something (2014) y editó varias colaboraciones con Giovenco y numerosos artistas internacionales, entre videoclips y canciones sueltas. Finalmente, lo que espera Rubén de este primer concierto en el Teatro del Bicentenario como solista, es ‘mostrar quién soy a través de mis canciones, que el público viva con magia, con diversión y que se vaya de la sala sanado. La música logra eso, sanar’.

> EL DATO
Rubén González. Jueves 7 de agosto. 21:30 hs. Sala Auditórium del Teatro del Bicentenario (España y Córdoba). Entrada general: $7.000 en boletería del teatro (lunes a viernes de 9:30 a 14:00 hs y de 16:00 a 20:00, sábados de 9:30 a 14:00) o a través de TuEntrada.com