La visita de Rodolfo Mederos a la provincia no pasó desapercibida, al menos para él y mucho menos para los jóvenes de la Orquesta Escuela de San Juan, que tuvieron un encuentro musical virtuoso desde lo sonoro y muy afectivo desde lo personal. En la sede de la Sociedad Israelita de Beneficencia, los alumnos del espacio educativo practicaban como lo hacen de manera habitual en los ensayos semanales. Un día previo a la función que realizará en el Auditorio Juan Victoria (esta noche para el ciclo de Mozarteum Argentino San Juan) el bandoneonista de 84 años de edad visitó el aula junto a Luis Sava y pudo verlos, escucharlos e interactuar con ellos. La mayoría de los alumnos pertenece al nivel avanzado de la escuela, que va de entre 13 a 19 años, y toca el violín y el violonchelo. Mederos, quien, dentro de su humildad para manejarse, irradiaba, a la vez, respeto y autoridad para hablarles como un maestro, sacó su bandoneón y con Sava con la batuta interpretaron juntos “Oblivion” de Ástor Piazzolla y acto seguido practicaron “El día que me quieras”.
Con admiración por ver lo que lograban en la orquestación general, Rodolfo se dirigió a ellos como si se tratara de un padre a sus hijos. Les transmitió profundas reflexiones sobre la vida, la sociedad, el mundo y la música: “Si prendemos el televisor y vemos qué pasa en el mundo, no creo que estamos viviendo mejor. Hay guerras por todas partes, pero no son para una conquista humanitaria, son guerras por el poder. Me pregunto si la raza humana aprendió algo desde la época de las cavernas, creo que muy poco y nada. Acumuló tecnología, como si fuese eso una gran bandera. Pero el ser humano no es más feliz, está desesperado en una búsqueda que no sabe qué es. Entonces, ¿para qué vivimos?” relató y dijo: “Tengo una visión discepoleana, no pesimista, pero sí objetiva. Mirando sus caras siento que es maravilloso lo que estamos tocando, tener un instrumento y dedicarle tiempo para hacer música, es un privilegio. No importa si es Piazzolla, Fernández o Gutiérrez, todos estamos al servicio de la música”.
Además, transitó por sus orígenes y por qué es importante dar valor a lo que hacen todas las semanas en los ensayos: “Vengo de un hogar humilde. Mi padre, ferroviario; mi madre, ama de casa. Me crié con las gallinas y los perros en el patio y cuando cumplí los seis años, mi padre con un gran esfuerzo me compró el primer bandoneón, para que fuera feliz. Mi viejo no se equivocó y yo tampoco. Puse mi energía para esto, que no es fácil de defender. Van a escuchar cosas como ‘¿De qué vas a vivir?’ o ‘¿cómo se ganarán la vida?’, ‘Vas a terminar borracho’. Los músicos no gozamos de buena crítica social. Lamentablemente la música vale menos que un desodorante en esta sociedad actual. Es terrible que suceda, pero cuando siento la intención y la entrega que tienen para tocar, les digo esto: hay que defenderlo a muerte. Porque el sistema en que vivimos nos quiere destruir; si no defendemos lo que somos con el arte, estaremos perdidos”.
Finalmente, felicitó a todo el grupo y este le devolvió una versión instrumental de “Por una cabeza” y se despidió: “Me siento como uno más de ustedes”. Al concluir con el encuentro, el músico los invitó a los 25 estudiantes a ser parte del espectáculo que dará hoy en el Auditorio Juan Victoria, junto a Camerata San Juan.
El concierto de esta noche
Rodolfo Mederos y Camerata San Juan, en la segunda función de la temporada 42º de Mozarteum Argentino San Juan. Hoy a las 21,30 hs en Auditorio Juan Victoria (25 de Mayo y Urquiza), bajo la dirección musical de Luis Sava. Las entradas tienen un valor de $6.000 para el público general y $4.000 para menores de 30 años. En venta en Mozarteum (Av. Ignacio de la Roza 161 oeste local 5) de 9 a 12,30 hs o por boletería.