Tras retirarse de la escena para enfrentarse a un largo proceso de sanación interior hace 2 años, Erica Alonso -conocida simplemente como “Kika’-, retorna a la música con la esperanza de dar continuidad a su carrera publicando su primer placa. También representa el regresando a los escenarios después del stand by que la obligó a dejar atrás sus logros como solista junto a la Camerata San Juan y el grupo Las solistas de los Andes, además de participar del programa Soñando por cantar al igual que la fallecida Claudia Pirán y Florencia Carmona en 2013.

“Siento que de alguna forma hice magia porque se dio todo muy rápido. De repente pude soltar un montón de cosas que me estaban frenando y que sentía que me hacían cuesta arriba pero hice magia cuando tomé la decisión de que eso tenía que cambiar’, dijo la cantante sanjuanina a DIARIO DE CUYO después de atravesar la pandemia y “momentos de cambios rotundos que a una la rompen un poco’ y por lo cual necesitó un tiempo para reconstruirse.

“Si bien mi historia con la música siempre ha sido especial y compleja. Aunque comencé a cantar desde chica, mi camino estuvo marcado por la intermitencia. Se podría decir que desde que empecé, atravesé una serie de transformaciones muy importantes’, mencionó quien recalcó que “al final de cuentas’ eso la colocó frente a frente al “deseo reprimido’ que tenía desde hace años de “expresarme a través de mi música’.

De este modo, luego de juntar todas sus piezas, la sanjuanina de 44 años optó por sellar su retorno con Una luz y Para siempre, singles del álbum que proyecta lanzar en julio próximo.

“Sentarme frente al piano y dejar que mis emociones fluyeran, yo sentía que me salvaba. Aunque las canciones que salían fueran sólo para mí’

“Así comenzó a hacerse real este sueño y me trajo mucha felicidad. Más allá de lo que pueda suceder con el tiempo, haber conquistado mis miedos es un gran triunfo personal’, afirmó la cantautora que para eso “desmanteló una tonelada de creencias limitantes’ que la hacían presa de “una jaula invisible’, como subrayó en torno a las aprensiones que provocaron que desde 2011 no pudiera grabar sus composiciones y “salir al mundo’ por lo cual tuvo que hacer un gran trabajo interno que la llevó a recomenzar, dispuesta a seguir creciendo y aprendiendo.

“En cada etapa, sentarme frente al piano y dejar que mis emociones fluyeran, yo sentía que me salvaba. Aunque las canciones que salían fueran sólo para mí’, evocó sobre las melodías que la ayudaron para atravesar “pequeñas muertes simbólicas” en las que el arte que escogió le dio el coraje necesario para volver.

“¿A qué aluden esas pequeñas muertes? Renunciar a mi trabajo en Comercio Exterior para tomarme el tiempo de ver qué hacía de mi vida y luego apostar por la música, además de encarar rupturas de pareja. De a poco la vida me llevó a tomar determinaciones muy fuertes. Siento que quizás eran pruebas, sin dudas, duras a nivel emocional’, aclaró Kika apuntando que “finalmente’ pudo “ganarle la pulseada’ a los temores.

Claro que, para llevar a cabo esto, ella se aferró a personas que colaboraron en su afán de sortear las dificultades, tal es el caso de su familia y su gran amigo y colega Marcos Ordán que “fue quien me dio el empujón de confianza que necesitaba para dar el paso definitivo’, destacó.

“Yo estaba muy desorientada sobre cómo hacerlo y Marcos me orientó desde su basta experiencia, es un amigo de fierro’, afirmó feliz por el encuentro, si bien, también se encuentra trabajando con Yorker “el productor ideal para plasmar en la realidad todo eso que estaba guardando en mí. Su empatía y sensibilidad están al servicio de la música’, argumentó.

“¡Grabar mi primer disco está siendo un proceso increíblemente hermoso! Lleno de alegría e ilusiones’, reflexionó admitiendo que también hay una alta ansiedad “porque de alguna manera todo es muy nuevo para mí’, como añadió.