Un proyecto de danza para personas con discapacidad está a punto de hacer historia… Su propia historia. Una profe de educación especial y de danza, junto a un grupo de amigos que se plegó a su sueño, armaron un espectáculo que el 30 de septiembre subirá a escena en la Sala Auditórium del Teatro del Bicentenario, demostrando que el arte no conoce de límites. Se trata de “Como el sol y la luna’, fruto del taller de danza y expresión corporal que comanda Lucía Quiroga (además profe de la EEE Carolina Tobar García) junto a sus amigos Mariana Peláez, profesora de educación especial y bailarina; Julia Jiménez, licenciada en kinesiología que también atiende pacientes con discapacidad; y Saulo Moreno, bailarín. Ellos están al frente de este elenco que bautizaron “Amar y ya’, que involucra a jóvenes de entre 15 y 30 años con síndrome de Down, síndrome de Williams, autismo y retraso madurativo, entre otras condiciones, quienes dan vida a una historia que habla de “lo efímero, la ternura y la fuerza del encuentro’.
Todo comenzó en septiembre del año pasado, cuando Lucía, movida por la falta de un espacio para chicos con discapacidad, se propuso hacer este taller. Presentó la propuesta a la Dirección de Producciones Artísticas e Industrias Culturales, dependiente del Ministerio de Turismo, Cultura y Deporte, su proyecto fue seleccionado y le facilitaron una de las salas del Ferro Urbanístico, donde funciona el programa Espacios Compartidos. Un flyer en Instagram y el boca en boca hicieron el resto: Poco a poco fueron llegando los jóvenes, que no tardaron en entusiasmarse con la nueva experiencia.
Primero fue conocerse, empezar a moverse y a entrenar. Pero después, a partir de la observación atenta de sus alumnos, se encendió la idea de la obra. “Veía que habían entablado un vínculo amoroso entre ellos y que esperaban el encuentro, los miércoles de taller, para verse”, comentó a DIARIO DE CUYO la directora. “Tenía que ver la manera de llevar eso a algo poético, a algo artístico, buscar algo que los representara’, agregó. Fue entonces que el sol y la luna, que se encuentran en un fugaz eclipse, se convirtió en la metáfora perfecta de esta historia, que tiene música folclórica y que contará con la actuación en vivo de Nico Olivieri.
Pero este espectáculo, que marcará el debut del taller en un teatro, es mucho más que una puesta en escena: es un manifiesto del espíritu que la habita. Con la frase “la danza al alcance de todos’ como brújula, el proyecto se ha dedicado a adaptar la danza a las habilidades de cada bailarín. “Quise que sea así y no al revés, como siempre ocurre con casi todo. +¿Vos podés hacer esto? Bueno, vas a bailar esto. ¿A vos te gusta zapatear? Bueno, vas a zapatear+. En síntesis, enfocarnos en lo que sí pueden y no en lo que no’, explicó Lucía, que se ha conmovido hasta las lágrimas cuando se ha detenido a observar todo lo que los chicos han logrado desde que llegaron al taller.



“Es mucho decir que es +todo+, pero yo los veo tan felices, tan ansiosos por subirse al escenario… Evidentemente la danza ocupa un lugar importantísimo para ellos’, contó Quiroga, que más allá de verlo con sus propios ojos, también recibe alentadores comentarios de parte de familias y cuidadores, otra pata imprescindible de este proyecto. Un avance que no solo se refleja en las coreos aprendidas, en el poder salir a tiempo con la música o en la expresividad -“que ya es un montón’, como dice Lucía-, sino también en la confianza ganada, en la amistad y en la alegría de pertenecer.
“Es que acá lo importante no es el diagnóstico, sino el ser humano. Acá son Sol, Axel, María José, Valentina…’, sonrió Lucía, que tiene pruebas más que suficientes para afirmar que el arte puede hacer de este mundo un lugar mejor para todos.
DATO
“Como el sol y la luna’. Obra de danza inclusiva. Martes 30 de septiembre, 21 hs, Sala Auditórium del Teatro del Bicentenario. Entradas $7.000 en boletería y a través de Tuentrada.com
Fascinados

Zahira y Leonel son los protagonistas. Apenas vieron que DIARIO DE CUYO llegó a compartir un rato con ellos, se acercaron a contar que eran justamente el Sol y la Luna. Ambos estaban fascinados con la idea de “salir en el diario’ y cada tanto volvían a conversar y a mostrar lo que hacían. Entretanto, Zahira dijo que es fan de Michael Jackson; y en eso estaba cuando Valentina la escuchó y se sumó para expresar que ella prefiere Tini y a Emilia Mernes; aunque coincidieron en que les gusta la música del espectáculo. Simpáticos, hablaron de lo felices que los hace bailar y de lo bien que lo pasan. Tras la merienda y al llamado de los profes, todos regresaron a sus lugares para ensayar el último tramo. Había sido una jornada extensa, con muchas marcaciones, así que apenas hicieron la pose final, estallaron en un contagioso aplauso, lleno de sonrisas y felicitaciones mutuas.

