Buscó impresionar, mostrarse casi como una víctima. Sentado en la silla de los acusados, acomodó un gesto compungido para acompañar sus palabras, que no fueron su versión para contradecir dos denuncias en su contra por darle dos trompadas a un joven, perseguirlo con un hierro para seguir lesionándolo y amenazarlo, igual que al padre de ese joven, cuando intentó salir en su defensa: ‘Yo ya tengo una muerte, te voy a matar, me consiguen un arma y te cago a tiros. Voy a prender fuego a tu casa junto a tus hijos’, fueron parte de las amenazas que los denunciantes dijeron haber escuchado de Víctor Ariel ‘Chino’ Díaz, el día que cayó ‘sacado’ a la obra en la que trabajaba como sereno y de la que lo habían despedido el día previo. Todo pasó ante testigos a eso de las 9,30 del pasado viernes en una construcción de avenida España, metros antes de Arenales, en Villa del Carril, Capital.

Ese mismo día quedó preso junto al menor de sus denunciantes, un joven que no dudó en decir que Díaz se drogaba con cocaína. Cuando la policía los sorprendió en la calle, el imputado buscó zafar diciéndoles que querían robarle.

Ayer, ante la jueza Celia Maldonado, el fiscal Francisco Pizarro, su defensor Emanuel Torés y los medios presentes, Díaz se quejó de que reiteraran sus antecedentes por haber matado a cuchillazos y quemado en un contenedor al ‘Catita’ Marcelo Andrés Moreno (como él, parte de la barra del club San Martín), el 19 abril de 2015 en la casa de Díaz, en Concepción, Capital. Por ese hecho, recibió 11 años y 10 meses de cárcel.

Díaz pidió que investiguen a sus denunciantes porque -dijo- uno tiene antecedentes por violación y otro por ‘choro’. También aseguró que es paciente psiquiátrico con períodos de internación en centros de salud mentales y medicación permanente. Y se quejó de la actuación de Fiscalía: ‘mis antecedentes, mis antecedentes, el Víctor primero, así tenemos prensa… vamos Pizarro, somos grandes. Es de una mente maliciosa decir que tengo intenciones de fuga y rebeldía, una portación ilegal de armas son 5 años y eso no me sirve, mis antecedentes son cosa del pasado. Yo con esto pierdo mi trabajo, pierdo de ver a mi mamá. Pero confío en la Justicia, estoy tranquilo’. aseguró.

Cuando la jueza manifestó su adhesión al pedido fiscal de dejarlo con prisión preventiva (Pizarro pidió 90 días, la jueza le dio 10), volvió a interrumpir para pedir que lo enviaran directamente a la guardia del hospital Marcial Quiroga, para que desde allí lo deriven a un centro de salud mental, tal como pidió su abogado defensor, quien negó los hechos atribuidos a su cliente y cuestionó la acusación.

Así, Díaz llegará preso al juicio en su contra que comenzará el próximo 10 de setiembre por desobedecer una orden judicial, pues le habían prohibido acercarse a su expareja y no cumplió.