La casi segura salida de Estados Unidos del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP), anticipada por el presidente electo Donald Trump, hace que la implementación del tratado sea cada vez más incierta. De los países latinoamericanos del acuerdo, los que ven con mayor preocupación esta situación son Perú, México y Chile.

Según estimaciones de los principales consultores económicos, un eventual fracaso del TPP llevará a perder un mercado calculado en 800 millones de habitantes. Tras seis años de negociaciones, el Acuerdo Transpacífico fue ratificado en febrero último por Australia, Brunéi, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.

En general se estableció que estas naciones tendrían dos años para tramitar la aprobación legislativa del Acuerdo, de manera que entre en vigencia efectivamente en febrero de 2018. Pero esta meta se ha visto obstaculizada con el triunfo de Trump en noviembre último.

La situación de Perú, México y Chile es muy particular ya que entre sus antecedentes comerciales figura el hecho de formar parte, junto a Colombia, de la Alianza del Pacífico, un bloque comercial que ocupa el octavo lugar dentro de la economía mundial.

Esta vocación por una apertura comercial al mundo, en un marco donde no existen políticas proteccionistas, hace que países como Chile vean la salida de EEUU del Acuerdo con gran preocupación, pero no como un obstáculo para continuar con las negociaciones. En este mismo sentido se reconoce que la posibilidad que está barajando Washington responde a una "decisión soberana'' del nuevo gobierno, pero se desecha la idea de dar de baja al Acuerdo.

Si bien la mayoría de los países interesados en este tratado de libre comercio consideran inviable el TPP sin la participación de Estados Unidos, hay un grupo que habla de algo que inquieta a Occidente, como es la de generar las bases para la conformación de un esquema comercial donde China puede llegar a tener un papel preponderante.

De todas formas habrá que esperar unos días más, cuando en Estados Unidos asuma su nuevo presidente y se conozca fehacientemente la postura del país respecto del TPP, y del futuro de sus relaciones internacionales.