Mucho se habla de la globalización en general, entendiendo esto en la relación cada vez más estrecha de los pueblos en comunicaciones, vínculos comerciales y personales, e intercambios de todo tipo en lo que se ha llamado la "aldea global”. Pero el mundo está menos globalizado de lo que parece, por lo menos en las cuatro dimensiones analizadas en un estudio del ámbito privado destinado a conocer datos reales. En este contexto el flujo internacional de comercio alcanza un 20%; el de capital, un 7%; el de información, 7%, y el de personas, 3 por ciento.

Es decir, tan sólo el 20% de la producción económica global se exporta, los flujos de inversión extranjera directa equivalen al 7% de la formación de capital fija bruta a nivel global y tan sólo el 3% de la población vive fuera de su país de nacimiento, contrariamente a lo que se suponía. El Índice de Conectividad Global apunta a demostrar que las actuales barreras a la globalización, exacerbadas en 2018, carecen de fundamento en cuanto a la globalización en sí misma, ya que no es tan amplia como se cree.

En realidad la mayor parte de las actividades se dan entre países que están próximos geográficamente y/o con fuertes lazos de lenguaje o relación histórica, por lo cual no sorprende que Europa sea la región del planeta más conectada con ocho países entre los primeros diez del ranking internacional en materia de flujos de comercio y de personas. Le sigue Norteamérica, en segunda posición, liderando en flujos de capital y de información, en tanto la zona del Este asiático y el Pacífico es la tercera de las más conectadas.

El análisis de la empresa de logística DHL observa también a Latinoamérica en estos movimientos globales, destacando la posición de Chile como el mejor ubicado de la región, en el puesto 51, siguiendo Panamá (53), Brasil (58), México (68), Perú (69), Costa Rica (83), Honduras (84), Nicaragua (86), Colombia (87) y Argentina en el lugar 91, seis puestos más con respecto a la medición anterior de 2015. Nuestro país tiene en sus conexiones globales a Brasil, Estados Unidos, Paraguay, Perú, Bolivia, China, España, Chile, Uruguay y Colombia, en ese orden.

La Argentina se relaciona fuertemente con sus vecinos, pero fija sus esfuerzos en profundizar las relaciones con otros bloques o naciones, como la extensa negociación con la UE, la apertura de mercados, como la concretada en estos días en la visita del presidente Macri a India y Vietnam, o la iniciativa del Gobierno nacional de asociarse con la Alianza del Pacífico. 

Si bien las turbulencias generadas por la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la decisión del Reino Unido de separarse de la Unión Europea (Brexit) generaron la idea de que la globalización se contrae, no existe tal problema como se plantea sino que el comercio global pasa por una desaceleración impuesta por los cambios políticos, pero la globalización y en particular la conectividad no afronta ninguna crisis como se podría percibir.