Si bien la marca del 3,4% de inflación correspondiente a abril demuestra una desaceleración de la suba del índice de precios respecto a los tres primeros meses del año, todavía es mucho lo que queda por hacer para que esa tendencia al descenso se consolide, con el objeto de que a fin de año se consiga un índice inflacionario menor que el del año pasado.


La reducción de la inflación es clave para las aspiraciones del Gobierno nacional de mejorar las condiciones de la economía y, consecuentemente mejorar su imagen, y es en ese sentido que el equipo económico está apostando a que esta baja represente un cambio de tendencia respecto de la que se venía manifestando hasta antes de abril.


Hay dos factores fundamentales a los que se atribuye el comportamiento inflacionario, uno de ellos es la volatilidad en el mercado cambiario que se acentuó a partir del 2018, y el otro la incertidumbre política que se ha generado en torno a las elecciones presidenciales de octubre próximo. En la cartera económica creen que ambos están en vía de superación ya que para contrarrestar la volatilidad cambiaria se tomaron medidas como el aumento a algunos impuestos a las exportaciones con lo que se considera que se ha logrado controlarla, sin necesidad de recurrir a otros recursos ya utilizados en el país durante la etapa kirchnerista, como el cepo cambiario o el default. Por otra parte, en relación a la incertidumbre política, las autoridades económicas confían en que a medida que nos acerquemos a las elecciones irá bajando paulatinamente, cuando la sociedad vaya manifestando su intensión de voto proclive a la actual gestión de gobierno.


Todo indica que de a poco se van restableciendo las condiciones básicas para que la economía comience a recuperarse, pero también se sabe que hay que trabajar sobre otros aspectos como el impositivo para generar condiciones más apropiadas en varios sectores de la producción. Soluciones como restablecer retenciones en el agro o aumentar otros tributos a fin de equilibrar un gasto que sigue siendo desmedido en varios aspectos, no contribuirán con el esperado descenso de la inflación en los términos más convenientes.


Las autoridades de Economía más allá de haber implementado una política fiscal restrictiva; una política monetaria donde el Banco Central ya no financia al Tesoro; precios relativos de equilibrio, la recuperación de tarifas y un tipo de cambio competitivo, tendrán que promover otras medidas adicionales de reactivación que lleve un alivio a todos los sectores de la población, para que el país vuelva a mostrar un crecimiento que no tiene desde 2012.