La exhibición, en una muestra de arte, de una imagen de la Virgen María, con un pañuelos verde -emblema de la campaña pro aborto- tapándole la boca, sigue generando indignación y repudio en la comunidad católica que ha denunciado este hecho como un acto que, en nombre de la libertad de expresión, es "discriminatorio'' y "generador de violencia.''


Este ataque a los sentimientos religiosos de la mayoría de los argentinos, por haberse ultrajado una imagen de la Virgen en una de su advocaciones más populares como es la de la Medalla Milagrosa, tiene lugar en la biblioteca del Centro Cultural de la Memoria de la ex ESMA, dentro de una muestra llamada "Para todes, tode-Plan de lucha" que desde el pasado 9 del corriente mes reúne a más de 100 artistas mujeres de todo el país, pertenecientes a comunidades lesbianas, trans, travestis y no binaries. Desde el sector religioso que se ha visto más afectado por esta manera de expresarse, el catolicismo, el hecho ha sido calificado como una blasfema, al tiempo que ha fracasado en su intento por remover la imagen, porque en todo momento las organizadoras de la muestra se ampararon en el derecho que les otorga la libertad de expresión, como si esto las habilitara a transgredir valores fundamentales de la vida de las personas en lo referido al respeto que merece las creencias religiosas que profesa cada uno.


El agravio adquiere especial relevancia debido a que se está concretando en el ex centro clandestino de detención, ámbito donde funciona la Secretaría de Derechos Humanos y Pluralismo Cultural dependiente del Ministerio de Justicia de la Nación. En este sitio el Estado debería promover los valores del encuentro, la diversidad, el diálogo y el pluralismo cultural, sin embargo se está promoviendo una agresión al culto y a los sentimientos más profundos de una gran cantidad de personas.


La muestra estará habilitada al público durante el mes de mayo, por lo que se sigue insistiendo que esta representación sea retirada del lugar.


Por otra parte, es un hecho que la autora del agravio a la Virgen no comparte la fe cristiana, pero esto no le da ninguna licencia para ridiculizar a las personas que veneran a la madre de Cristo.


Bajo ningún concepto se pude tolerar que en nombre de la libertad haya sectores interesados en utilizar esta prerrogativa como una herramienta para atropellar los derechos de los demás.