Al cierre de 2016, una estadística mundial revela la existencia de 1.100 millones de fumadores de 15 años o más y en su mayoría viviendo en países en desarrollo con ingresos bajos y medianos, lo que compromete los presupuestos sanitarios debido a las graves enfermedades ocasionadas por el tabaquismo. 


De acuerdo a un último informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y del Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, el 80% de la masa global de fumadores se encuentra en naciones emergentes, por lo que recomiendan aumentar el precio y los impuestos al tabaco como una forma de frenar el hábito. A la vez, pidieron a los distintos gobiernos de esas jurisdicciones volcar esa recaudación impositiva al financiamiento de los programas de salud requeridos por los fumadores de escasos recursos.  


Alrededor de 6 millones de personas mueren anualmente como consecuencia del tabaquismo, y la mayoría son muertes prematuras en familias pobres, que podrían haber utilizado el costo de los cigarrillos para mejorar sus condiciones de vida. Según la OMS, el impacto mortal del tabaquismo cuesta a las economías mundiales más de un billón de dólares anualmente en gastos de atención sanitaria y pérdida de productividad. 


Por eso el organismo apunta a la recaudación fiscal en los cigarrillos, que podría aumentar un 47%, o 140.000 millones de dólares, si todos los países elevaran los impuestos especiales en unos 0,80 dólares por paquete. El aumento incrementaría en un 42% los precios dando lugar a una caída del 9% en las tasas de tabaquismo y hasta 66 millones menos de fumadores adultos. 


Estas recomendaciones son impracticables en la Argentina, porque vamos en dirección contraria, ya que el Gobierno nacional prorrogó los beneficios impositivos para los cigarrillos. El reciente Decreto 14/2917 extendió hasta el 31 de diciembre próximo la disminución de la alícuota del Impuesto Adicional de Emergencia sobre el precio final de venta de los cigarrillos, del 21 al 7% de acuerdo a una reducción progresiva, a partir de 2000, para beneficiar a las provincias tabacaleras. 


Ante esta situación, se debe rever este apoyo, a la vez de reconvertir las producciones regionales para no quedar lejos del contexto sanitario mundial.