El Gobierno nacional dispuso que la mercadería de los contenedores que estén incautados o sin reclamar en la Aduana, se transfiera al Ministerio de Desarrollo Social, para que esta cartera disponga la entrega en forma directa a los necesitados, previa verificación, clasificación arancelaria y valoración de oficio. Serán beneficiarios los pobladores de zonas declaradas en emergencia y luego serán depositarias las organizaciones de la sociedad civil que pidan esa ayuda. 


Se trata de una medida acertada para evitar que mucha mercadería perecedera se destruya por el deterioro del paso del tiempo mientras se sustancian los procesos administrativos y judiciales de contrabando u otros delitos donde intervienen los controles aduaneros. En este caso con unos 4.700 contenedores no reclamados, más otros 3.000 con mercadería suelta que se encuentran en depósitos fiscales, según lo informado. 


El operativo ya se puso en marcha, con los primeros camiones con contenedores rumbo a dependencias de las Fuerzas Armadas designadas por Defensa, que tiene a su cargo la logística y el almacenamiento de los productos.

Esta rapidez se entiende porque puede haber alimentos o medicamentos y se deben evitar las fechas de vencimiento, según observó la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley. 


La funcionaria nacional transparentó la estrategia de asistencia social de acuerdo a cómo se clasifique la mercadería y la entrega con un criterio de emergencias por catástrofes naturales que se produzcan en distintos lugares del país y para distintas organizaciones civiles o personas de bajos recursos que la necesiten. No habrá intermediarios ni punteros políticos como se venía haciendo. 


Pero no bastan las buenas intenciones si no se controla el camino que sigue la ayuda que espera el careciente. De lo contrario ocurren casos como en San Juan, tal el secuestro de mercadería de Desarrollo Humano que se vendía esta semana en un comercio de Albardón, y no es el único hecho, porque días atrás se allanaron locales en Rawson por iguales ilícitos. 


Sin controles estrictos seguirá el clientelismo y los oportunistas que lucran con las necesidades de los que menos tienen.