El Foro para la Conservación del Mar Patagónico, una entidad privada que viene impulsando un proyecto para dar una solución integral a la gran contaminación que provocan los desechos de la actividad pesquera en la vida silvestre marina y lugares costeros en Península Valdés, en la Provincia de Chubut reiteró sus denuncias. El problema ecológico es grave y mucho más por tratarse de un área paradisíaca declarada Patrimonio Natural de la Humanidad, por la Unesco.


Este refugio único de la Ballena Franca Austral, atracción para turistas que llegan de diferentes lugares del mundo -300 mil personas en el último año- sorprendidos por la fauna marina y la belleza de las playas, sufre una creciente contaminación por la industria pesquera. La ausencia de controles y el afán lucrativo del sector muestran un grave daño en el litoral marítimo.


Este accionar desaprensivo siembra la costa con animales muertos por efecto de los desperdicios, en particular cajones y tambores del antioxidante empleado en el procesamiento del langostino, entre otros elementos plásticos que al romperse generan trozos más pequeños que son ingeridos por muchas especies como tortugas, aves y peces, causándoles la muerte.


Afortunadamente se han movilizado sectores ecologistas y de bien público para colaborar con el Ministerio de Ambiente de esa provincia, con un proyecto que evite las graves infracciones a las leyes que penan la contaminación, con el agravante que se produce en playas vírgenes. Los restos de elementos plásticos hasta tienen identificación de las empresas infractoras que trabajan impunemente en el lugar.


Es necesario que se legisle con mayores penas contra el delito porque se trata de una zona especial. El Comité de Patrimonio Natural Mundial de la Unesco otorgó la calificación a Península Valdés de Patrimonio de la Humanidad el 4 de diciembre de 1999. Las aguas que rodean la península son la de mayor profundidad en América del Sur, por eso la gran importancia para la conservación de los mamíferos marinos.


Es un hábitat natural importante y significativo para la conservación in-situ de varias especies amenazadas, específicamente de la cría de las ballenas francas del sur, una especie en peligro de extinción. Y una afrenta al desarrollo turístico internacional en la Patagonia.