En medio de un notable aumento de la producción agrícola, fruto de la mejora de los rindes de los distintos sembrados, el agro brasileño no se sienta en los laureles y, por lo contrario, sigue confiando en las medidas implementadas por el gobierno, apostando con más plantaciones e incorporando tecnología para mejorar aún más las cosechas. Esto quedó demostrado en la última muestra de maquinaria agrícola "Agrishow" realizada en la zona rural del Estado de San Pablo, en la que se pudo observar que debido al buen momento por el que atraviesa el sector los productores siguen tratando de optimizar los niveles de producción con vistas a que Brasil sea en poco tiempo más una auténtica potencia agrícola.


La Argentina debe seguir este mismo camino si pretende no perder terreno en relación al desarrollo agrícola de su vecino y seguir ganando mercados que son los que garantizan el ingreso de divisas que tanto están haciendo falta al país.


Los brasileños han logrado conjugar varios factores a su favor: el sector agrícola tiene buena sintonía con el gobierno de Jair Bolsonaro; ha logrado hacer foco concretamente en el negocio de producción y exportación y está realizando una fuerte apuesta por la incorporación de tecnología para mejorar los resultados. Todo esto representa la fórmula perfecta para que Brasil se encamine a ser uno de los principales productores agrícolas del mundo, dejando a la Argentina no sólo en el segundo lugar de Latinoamérica, sino también evitando que avance en la conquista de nuevos mercados.


Los productores brasileños valoran al actual gobierno todos los esfuerzos que se están haciendo para bajar el gasto público, controlar la corrupción, la posición asumida en relación a la ocupación de tierras por parte de los indígenas, intercediendo para que sean devueltas, y la búsqueda de nuevos acuerdos comerciales que amplían el panorama de las exportaciones. Entre otras medidas que benefician al sector se le ha dado una continuidad a la disponibilidad de crédito, sigue la expansión de áreas en varios puntos del país y se apuesta más al rinde por lo que no sorprende que haya inversiones en maquinaria por U$S 725 millones; un total de 228,4 millones de toneladas producto de la zafra o campos de soja en los que se cosechan 50 quintales por hectárea.


La Argentina debe mirar muy atentamente todo este despliegue si es que quiere seguir teniendo un lugar de privilegio en la producción agrícola de Latinoamérica, y llegar a ser considerada el granero de esta parte del mundo.