La decisión judicial de ordenar a Twitter suprimir determinadas imágenes y comentarios referidos a una modelo polémica por su gran exposición pública, ha sido calificada de medida de censura y cercenamiento de la libertad de expresión por sectores democráticos y de medios de comunicación.

Si bien el magistrado entiende que tales publicaciones son lesivas para la persona de Victoria Vannucci, si existiera un exceso por parte de alguno de los miembros de la red, la ley prevé la responsabilidad civil o penal que corresponda, pero en modo alguno sancionar al titular de la plataforma, como tampoco supone la supresión de las opiniones expuestas por sus quienes integran Twitter.

Quien ha puesto mayor énfasis en este caso es la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (ADEPA) al manifestar su preocupación y disconformidad con el fallo en virtud de que las redes sociales son grupos cerrados en los cuales sus integrantes, intercambian libremente las más variadas expresiones del pensamiento que, como tales, están protegidas por la Constitución Nacional, por la Convención Americana de Derechos Humanos y por la Ley 26032, que comprende a Internet dentro de la garantía constitucional que ampara la libertad de expresión en nuestro país.

Para la entidad que nuclea a los editores de medios gráficos y digitales argentinos, la determinación de la Justicia es algo similar a lo que acontecía cuando se disponía el secuestro de una publicación gráfica, o se prohibía su circulación, o cuando se censuraban los contenidos de una obra cinematográfica. Por eso apeló a la sensatez republicana en resguardo de una libertad de expresión responsable por cualquier medio técnico de comunicación masiva, para que decisiones judiciales de esta índole sean dejadas sin efecto y no se reproduzcan, perturbando el desenvolvimiento de la transmisión pública de información, ideas u opiniones.

Pero también la orden del juez es un absurdo porque gracias al firme aporte de Internet a la libertad de expresión, el contenido censurado ya ingresó al espectro digital, sin que exista posibilidad material de frenar su difusión en la infinidad de buscadores, redes sociales y páginas web existentes en el mundo.