De acuerdo a las estimaciones que se están realizando a nivel mundial, se prevé que en el segundo semestre de este año China dejará atrás el fantasma del coronavirus y se dispondrá a aumentar las importaciones de carne, soja y harina de soja, para contrarrestar el aumento del precio de los alimentos que se produjo a consecuencia de la pandemia. Un fenómeno en el que la Argentina no debe dejar de estar presente teniendo en cuenta el potencial productivo que ofrece el campo y la necesidad de divisas que tiene el país.


El gigante asiático ha sufrido en estos últimos tiempos, en forma combinada, dos fenómeno que han golpeado su economía y que han hecho que entre en crisis la producción de alimentos y consecuentemente su precio de comercialización. Hace un año y medio China comenzó a sentir los efectos de la fiebre porcina y desde diciembre del año pasado el coronavirus o Covid-19, que en febrero último alcanzó un pico de contagio de 15.000 casos diarios, al tiempo que se extendió como pandemia por todo el mundo. Considerando que China ha superado la etapa crítica, que hizo que su inflación alcanzara a fines de enero el 5,4%, su economía está iniciando una etapa de recuperación gracias a la normalización creciente de las actividades productivas que se ha dado, inclusive en la provincia de Hubei y la ciudad de Wuhan, donde se desató la crisis del coronavirus. Actualmente la inflación está en descenso con un 1,6% anual estimativo para el resto del año.


De todos los productos que se comercializan en China, los alimentos fueron los que más aumentaron a consecuencia de los virus. El mayor incremento fue el de la carne de cerdo -principal alimento de los chinos- que alcanzó el 116%, mientras que otros productos como la vestimenta aumento el 0,6%, las verduras, el 17% y la atención médica el 2,3%. Se calcula que tras la superación de esta etapa el nivel de precios al consumidor alcanzará el 4% hasta fines del 2020.


A consecuencia de todas estas variables es que el gobierno chino ha resuelto aumentar las importaciones de carne, soja y harina de soja en lo que resta del año, a fin de revertir la baja de la producción que se dio después de 45 días en que los centros de distribución y cadenas logísticas estuvieron paradas.


La Argentina cuenta con recursos agrícolas y ganaderos como para atender los requerimientos de China. Sólo deberá activar los mecanismos que le permitan ganar ese mercado con productos de calidad y en cantidad, en el marco de negociaciones adecuadas con un cliente que no es desconocido.