El proceso de separación del Reino Unido de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE), conocido como "Brexit'' es considerado como uno de los acontecimientos geopolíticos más importantes después de la segunda guerra mundial. El gobierno británico acaba de formalizar el inicio de esta etapa que llevará al menos dos años de negociaciones, al cabo de los cuales -después de 44 años de convivencia- ese país volverá a ser una auténtica isla.

Con la consigna de que "no hay posibilidades de volver atrás'', la primera ministra británica, Theresa May hizo llegar a la presidencia del Consejo Europeo una carta de seis páginas que fue recibida con mucha tristeza, pero con el compromiso de que la desvinculación se hará en forma ordenada. El documento invoca el artículo 50 del tratado de la UE e inicia oficialmente el divorcio que tendrá diversas derivaciones. Los analistas sostienen que lo prioritario para la UE es minimizar la incertidumbre causada por la decisión del Reino Unido a los ciudadanos, empresas y estados miembros.

Los siete puntos clave de la carta de ruptura señala los intereses principales que tiene Londres y hacen referencia a la cooperación sincera, derechos ciudadanos, obligaciones, distorsiones, relaciones con Irlanda, prioridades y defensa de valores. Sugiere que deberían negociar unos con otros de manera constructiva y respetuosa, en un espíritu de cooperación sincera. El gobierno británico acepta que sus empresas acaten las reglas europeas para seguir comerciando con la UE.

Respecto de los derechos ciudadanos se establece que siempre se debería poner en primer lugar a los ciudadanos y se pide un acuerdo que garantice los derechos de los europeos que viven en Gran Bretaña y de los británicos que residen en la UE.

Como prioridades, el acuerdo sostiene que deberían iniciarse conversaciones técnicas en detalle tan pronto como sea posible y bregar por un acuerdo de libre comercio más ambicioso.
Respecto de la relación comercial de Gran Bretaña con América, si bien está lejos de ser intensa, la salida de la UE puede tener implicancias para las inversiones en la región, las negociaciones de acuerdo de libre comercio o la evolución de la economía.