Ante problemas comunes de inseguridad, miseria, tráfico de drogas y delincuencia juvenil, entre otros tantos, en populosos barrios europeos, principalmente de España, se han constituido plataformas cívicas que constituyen frentes vecinales, en un intento por solucionar las dificultades de convivencia que los afectan. Se trata de una alternativa planteada por los propios vecinos, al advertir que esos temas no se pueden dejar solamente en manos de las fuerzas de seguridad o de las autoridades competentes, sino que requieren la intervención de los miembros de la comunidad organizada. 


En nuestro ámbito existen numerosas barriadas o ciudades que comparten los mismos problemas sociales. Las dificultades se interrelacionan, sin que sean exclusivas de un departamento u otro, o de un barrio o una villa. 
El esquema de uniones vecinales muchas veces resulta insuficiente para atender problemáticas complejas, que van más allá de la simple queja por deficiencias en la prestación de servicios públicos, el mejoramiento de espacios verdes o la construcción de acequias. Los problemas actuales son, fundamentalmente, de carácter social e involucran a todos los miembros de una comunidad, desde personas mayores que tienen que lidiar contra la inseguridad; jóvenes y adolescentes acosados por las drogas o las adicciones, y los niños que deben crecer en ámbitos que muchas veces no reúnen los requisitos necesarios de seguridad, protección e higiene. 
La idea de las comunidades europeas originada en España está basada en la "corresponsabilidad" de acciones para poner fin a los problemas de convivencia y civismo. Estos no distinguen los limites jurisdiccionales y es necesarios abordarlos en forma integral para alcanzar las soluciones de fondo, basadas en el control, la sanción y la concientización. 


Hasta ahora este esquema de plataforma cívicas ha sido bien recibido por las autoridades, ya que proporciona un marco apropiado para implementar acciones, ante el requerimiento de comunidades que comparten las mismas necesidades. 


La interacción que se logra entre la comunidad y sus gobernantes es óptima y puede ser la base de la solución a las dificultades de convivencia que se observan en varios ámbitos.