Las "razones personales'' de toda renuncia de funcionarios es una manera elegante de dejar el cargo pero sin trasfondos imposibles de ocultar a pesar de los buenos términos que pretende la dimisión. Esto motivó la salida de Isela Costantini de Aerolíneas Argentinas, al hacerse insostenible su gestión por las exigencias del ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, y los vicejefes de Gabinetes, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, por el presupuesto deficitario de la empresa.


Si se le suma el permanente hostigamiento de los reclamos y paros de los distintos gremios vinculados a la actividad laboral aérea, insaciables en cuanto a paritarias y condiciones laborales, más la amenaza de dar vía libre a las compañías "low cost'' para competir en las rutas de cabotaje, no hubo alternativa para Costantini. La caída también arrastró al exvicepresidente de la empresa, Manuel Álvarez Trongé, y al director de Recursos humanos, Daniel Maggi.


Pero el tema es más complejo todavía, ya Lopetegui ha sido cuestionado, más que por su designación, por su participación directa o indirecta en cuestiones de transporte aéreo porque siempre se tiene la sospecha de que beneficia a LAN. Y, en cuanto a la venta de Mac Air a Avianca, no fue muy ética la decisión ya que tras asumir Mauricio Macri, se vendió la firma aérea familiar, lo que generó muchas sospechas en el sector.


Pero lo realmente insólito en este cóctel de presiones con intentos de justificar los hechos, son los ejemplos de las supuestas desprolijidades en las que habría incurrido Costantini, poniendo como ejemplo las frecuencias de la escala en San Juan. La falacia de Carlos Colunga, que manejó durante 34 años a MacAir Jet, la histórica compañía de Franco Macri y ahora sigue en la colombiana Avianca, tuvo el descaro de señalar, como ejemplo, que la ruta de AA a San Juan no es rentable porque "en un avión de 100 pasajeros viajan 6 personas'', cuando está documentado que la ocupación anual de esta frecuencia es del 90%. A este diario le consta que nunca la empresa estatal debió promocionar Buenos Aires-San Juan porque la demanda de pasajes siempre fue mayor a la oferta.


Esta patraña es tan burda que sólo tiene el rótulo de negocio, como calificativo menor, de lo que realmente giró en torno a la exejecutiva de GM, convocada por Macri para normalizar la aerolínea de bandera.