Como la ha adelantado de la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia durante la temporada 2020-2021 los caudales de los ríos serán muy escasos por lo que habrá problemas tanto para el mantenimiento de los niveles de los diques, como para los demás usos del agua entre los que figura el consumo humano, la producción agrícola y el mantenimiento del arbolado público y de los pequeños oasis creados por el hombre en distintos puntos del territorio provincial.


De acuerdo a lo pronosticado, actualmente y durante lo que resta de la temporada el agua que llegará por el Río San Juan proveniente de los escasos escurrimientos níveos en la Alta Cordillera no superará los 19,48 m3/s, cuando el Dique de Ullum está erogando en promedio 38,5 m3/s para atender las necesidades hídricas básicas establecidas compuertas abajo, en el Valle de Tulum.


Ante este crítico panorama resulta conveniente implementar de inmediato y en la forma más urgente posible todas las técnicas para optimizar el uso del agua en una forma simple y efectiva, permitiendo que el ahorro surja desde las bases mismas de la sociedad.


La emergencia que impone la sequía debe llevar a que en cada hogar se inculque a sus integrantes la manera de no derrochar agua en labores básicas como la higiene personal, la limpieza de veredas y vehículos y el llenado de piletas familiares, que muchas veces no se hace correctamente desperdiciándose una gran cantidad de agua. Hay que inculcar la vuelta a métodos tradicionales de limpieza que no impliquen uso excesivo de agua y enseñar a las familias a utilizar algunos elementos como los lavarropas o hidrolavadoras en forma racional para que no se produzca un derroche.


Las plantaciones agrícolas como chacras o parrales también necesitan controlar el uso del agua y si bien a una planta no se la puede dejar de regar correctamente o hacerle faltar el agua, hay técnicas que los ingenieros agrónomos conocen para producir un efectivo ahorro y aprovechamiento del agua.


Otro de los aspectos que preocupan ante la escasez hídrica es el mantenimiento del arbolado público y de los oasis o bosques que han sido plantados por el hombre y a los que hay que asegurar la provisión necesaria del agua para que los ejemplares no sufren de stress hídrico y terminen desapareciendo. Es muy importante que el arbolado esté en buenas condiciones y en esa tarea los vecinos pueden colaborar manteniendo en condiciones las acequias y cauces y controlando que los encargados del riego realicen eficientemente su tarea.