A pesar de que para la próxima temporada de verano se espera una leve mejora en relación a los escurrimientos desde la cordillera, también se sabe que esto no aleja la situación de sequía en que se encuentra la provincia, lo que determina la necesidad de ser extremadamente cuidadosos con los recursos hídricos que estarán a disposición tanto para el riego de cultivos como para el consumo humano.

En relación a lo que está ocurriendo en el hemisferio norte, donde el calor del verano está ocasionando numerosos inconvenientes vinculados, especialmente, a la salud de la gente, los meteorólogos consideran que este fenómeno de altas temperaturas también se dará en la Argentina y particularmente en San Juan, donde el calor extremo es propio de nuestro clima. De cumplirse este pronóstico, el agua que se logre acumular en los diques y que se obtenga de los acuíferos será de vital importancia para garantizar el normal desarrollo de todas las actividades que se realizan en esta provincia y que, de una u otra forma, requieren de una cantidad adecuada de agua para que sean exitosas.

Más allá de que las condiciones hídricas y climáticas pudieran mejorar sensiblemente, es deber de todos los organismos públicos y privados involucrados con el tema de la emergencia hídrica intensificar las campañas de ahorro y aprovechamiento del agua de una manera convincente y efectiva. No basta que se pida a la población que no lave veredas o evite lavar el auto en determinadas horas del día. Como tampoco que se bañe o duche en cinco minutos cuando se sabe que sequía no tiene horario y que es permanente en la medida que cada vez viene menos agua por los ríos y que los acuíferos se han ido agotando, a tal punto, que en estos momentos es necesario profundizar las perforaciones para encontrar agua. En este aspecto también hay que considerar la forma de utilizar el agua por parte de los productores y la reticencia en algunos sectores de implementar el riego por goteo, sin considerar que es una de las grandes soluciones para lograr un ahorro efectivo del agua y no desperdiciarla con los tradicionales sistemas de riego a manto o melga por melga. 

La leve mejora que puede llegar a ponerse de manifiesto debe ser aprovechada, precisamente, para acumular agua en los diques y a la recuperación de los acuíferos que representan el recurso de reserva que se dispone en caso de extrema necesidad.

Las condiciones climáticas que se pronostican para el verano 2023-2024 harán que las reservas de agua que se disponen en la provincia sean el atenuante del calor extremo al que la población estará sometida. Si bien el agua por si sola no garantiza el atemperamiento del clima, todos sabemos que ayuda a irrigar zonas secas y posibilita que la vegetación crezca en beneficio de un hábitat apropiado.