Si bien en San Juan, la educación de nivel terciario y universitario ofrece un amplio abanico de posibilidades para quienes pretenden egresar del nivel superior con un título habilitante, nos encontramos que la mayoría de las carreras son tradicionales o no cubren con las necesidades de actividades que son propias de nuestra provincia, las que han crecido considerablemente, generando una gran demanda que no se está cubriendo.


En ámbitos de la agroindustria, los distintos emprendimientos radicados en la mayoría de los departamentos se quejan por las dificultades que tienen para conseguir mano de obra calificada, para cada uno de los proyectos productivos. Esto pone en evidencia que las universidades locales no están atentas a la evolución de la economía provincial, al no haber propuesto la creación de carreras afines a la agroindustria, con lo que no se están facilitando las herramientas para que esta actividad crezca dentro de sus posibilidades.


Algo parecido ocurre en ámbitos de la industria vitivinícola, donde la especialización de cada una de las tareas requiere de mano de obra debidamente capacitada. Las bodegas son el ámbito donde más se observa este faltante, ya que hay tareas específicas que deben ser realizadas por personal calificado.


La minería es otra de las actividades económicas que cada vez más requiere de personas formadas debidamente en ámbitos universitarios.


Las nuevas carreras universitarias y de nivel terciario deben apuntar a cubrir la demanda que comienza a ser más notoria en determinadas áreas, contribuyendo con el desarrollo económico y la generación de empleo genuino. Esto conlleva a evitar el desarraigo de los jóvenes que desean quedarse en su provincia.


La enseñanza de oficios, a nivel universitario es muy conveniente ya que gran parte de la oferta laboral está dirigida a cubrir ese ámbito en áreas como electricidad, albañilería, mecánica especializada, entre otras.


Hay carreras que por sus características o, simplemente, por sus nombres acaparan la atención de los estudiantes, pero que luego no ofrecen posibilidades de inserción laboral ni representan un genuino aporte a la comunidad. En ambas circunstancias hay que tratar de orientar a los jóvenes sobre la conveniencia de estudiar una determinada carrera, y la universidad tratar de generar los ámbitos adecuados para que el estudiante cuente con una oferta educativa práctica y aprovechable.