El papa Francisco sigue puntualmente la situación de los inmigrantes en el mundo y ante un giro en la actitud de varias naciones desarrolladas, pidió a los gobiernos comprometidos con los refugiados revertir las últimas políticas contra los necesitados. Es que el Vaticano se ha sorprendido por un cambio radical en la solicitud de asilo, lejos del pedido de Bergoglio para que sean recibidos con dignidad. 


Concretamente denunció a la "demagogia populista'' que alimentan el temor y el egoísmo en los países ricos, donde se están gestando medidas drásticas en varios parlamentos a fin de rechazar a los inmigrantes. Y no tardaron en aprobarse, por ejemplo en Alemania, en línea con los tiempos políticos que corren a ambos lados del Atlántico radicalizados con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. 


Berlín ya anunció el endurecimiento de sus leyes migratorias para poder acelerar la deportación de miles de solicitantes de asilo, cuya petición haya sido rechazada, y extremar los controles a los recién llegados. Esta ha sido una dura respuesta tras el atentado perpetrado en la capital germana. 


Pero si bien existe el temor por el ingreso de indocumentados que huyen de sus lugares de origen, también existe implicancia política en Alemania. El atentado de Berlín alimentó el debate sobre la posición liberal de Angela Merkel con respecto a los inmigrantes -la más abierta de Europa-, amenazando con restarle votos para las elecciones del 24 de septiembre, y dando lugar al resurgimiento de los movimientos populistas alemanes. La xenofobia gana terreno en Europa, a tono con las medidas contra refugiados musulmanes en Estados Unidos, por ejemplo. 


La hipocresía en el trato de los inmigrantes, señalada por el Papa, no es reciente sino una tendencia que viene del pasado con 80.000 personas expulsadas de Alemania o amenazas para irse voluntariamente, frente a las 50.000 de 2015. El destino final de los desposeídos alarma a los organismos humanitarios debido a las expulsiones irracionales, caso de un vuelo con inmigrantes deportados a Afganistán, donde recrudece la guerra entre fuerzas del gobierno y los talibanes, motivo de desplazamiento de la población civil.