Provenga de los docentes o de los propios compañeros, la violencia escolar es un fenómeno que puede tener serias derivaciones tanto en el aspecto educativo como psicológico del alumno que es objeto de ese comportamiento. En los últimos años, a pesar del avance que hubo en materia de detectar casos de bullying o de agresiones por parte de maestros o directivos, cada vez hay más casos de maltrato escolar que no son debidamente atendidos por las autoridades competentes. Por ello las condenas a las cinco maestras del jardín de infantes Tribilín, del partido bonaerense de San Isidro, acusadas de maltrato a chicos que estaban bajo su cuidado, es un buen precedente para el resto de los casos que, a pesar de haber sido denunciados oportunamente, no se han resuelto favorablemente, posibilitando que los maltratos continúen y que el problema se agrave.


El caso de las maestras maltratadoras se hizo público en 2013, después que un padre pudiera grabar el trato que recibía su hija en el jardín de infantes, y desde ese momento tuvo que pasar por distintas instancias judiciales hasta la condena a cada una de las docentes que, en términos generales ha sido dura y ejemplar.


Se considera que actualmente la violencia escolar forma parte de la realidad cotidiana de las instituciones educativas. Se trata de un fenómeno cuya complejidad no debe ser analizado desde una sola perspectiva, metodología o enfoque. Desde el ámbito de la salud se ha analizado como un problema médico, psicológico y físico; desde la sociología, como un hecho social que afecta la convivencia en el ámbito escolar y trasciende a los espacios familiar, comunal y social y desde el derecho, como una conducta antisocial de los menores de edad, con poca o nula regulación. Para su análisis, se requiere una reflexión colectiva donde se visualicen los factores que influyen en este fenómeno, y también de aquellos que pueden prevenirla.


La violencia escolar refleja las falencias que puede llegar a tener la sociedad en materia de carecer los valores necesarios que garanticen la superación de este tipo de problemas. Las escuelas son la caja de resonancia del estado en que se encuentra una comunidad, y como tal hay que trabajar en solucionar los problemas que afectan su normal funcionamiento, especialmente aquellos casos en los que se observa agresión y otros comportamientos que, finalmente, derivan en los maltratos denunciados. Lo que hay que hacer es individualizar a quienes son proclives a esas conductas indebidas y evitar que sigan perjudicando a la sociedad en un ámbito tan sensible como es el escolar.