Ha sido muy difícil obtener consenso mundial sobre la urgencia de contener el cambio climático para no entrar en un camino sin retorno, ya manifestado en catástrofes naturales que provocan estragos en diferentes lugares del planeta.

Todavía hay muchos interrogantes acerca del cumplimiento de las obligaciones comprometidas por los diferentes estados firmantes del acuerdo global, pero lo insólito es que organismos multilaterales marchen a contramano de la ecología. 


Se ha confirmado el otorgamiento de préstamos del Banco Mundial por 2.500 millones de dólares para financiar en Perú 26 nuevas concesiones de petróleo y gas, más otros desarrollos en infraestructura energética contaminante. Es parte de un fondo de 15.000 millones de dólares, equivalente a un tercio del total de las inversiones del Banco Mundial en países emergentes. 


Lo grave es que esas obras se ejecutarán en medio de la Amazonia peruana, que alberga el cuarto bosque tropical más grande del mundo, y la preservación de esos árboles representa el 70% de los compromisos internacionales de la nación andina para combatir el cambio climático.