Los incendios son una de las catástrofes que más preocupan, por el poder devastador que tiene el fuego y por la facilidad con que puede originarse y propagarse. Desde principio de año, noticias vinculadas a una serie de incendios que se dieron tanto en nuestra provincia como en el resto del país y el mundo, están determinando la necesidad de instrumentar medidas de seguridad, que vayan más allá del simple consejo, a fin de reducir los riesgos y determinar las reales causas que hacen que se produzcan estos siniestros.


Lo primero que hay que determinar es si los incendios son intencionales o espontáneos, ya que en la mayoría de los casos hay fuertes sospechas de la intencionalidad de que se produzcan. En el caso de los que son espontáneos hay que tener en cuenta las épocas de sequía, la flora de las cercanías y otros factores que inciden en facilitar la propagación del fuego.


De los casos registrados en nuestra provincia, el de las viviendas particulares que se incendiaron últimamente respondieron a problemas puntuales con instalaciones defectuosas. Es diferente a lo que ocurre en zonas rurales como la de Médano de Oro, jurisdicción de Pocito, donde se sospecha que un particular proclive a encender fuego, es el que está ocasionando los incendios en las inmediaciones de las fincas. Esta intencionalidad también se ha observado en otros puntos de la provincia donde se acostumbra a quemar pastizales como método de limpieza y luego se producen incendios incontrolables.


En el caso del presunto incendiario de Pocito, hasta ahora nadie ha puesto la atención necesaria para tratar de determinar quién es el que mantiene en vilo a la población del lugar, por lo que autoridades y comunidad tendrán que implementar los recaudos para que esto no vuelva a suceder.


Algo parecido fue lo que ocurrió en la zona de las Sierras de Córdoba, en las inmediaciones de Capilla del Monte, La Falda y otras localidades, en las que hace un par de meses se originaron incendios, en una área de unas 600.000 ha., muy difíciles de controlarlos.


A nivel mundial, los incendios en la zona de California, en EEUU, los que se han producido en distintos puntos de Europa, como Grecia, y el que acaba de devastar el Museo Nacional de Brasil, uno de los más antiguos de todo el continente, son muestra del poder devastador del fuego.


De todas maneras, sea por una u otra causa, en lo que hay que avanzar es en determinar quiénes son los responsables del origen de estos incendios y las medidas que se deben tomar para evitar estos hechos.