El edificio del Centro Cívico del Gobierno de la provincia fue concebido como una obra monumental destinada a albergar la mayoría de las oficinas que forman parte de la administración pública provincial. Es evidente que este objetivo no pudo concretarse ya que tras su dilatada historia, al inaugurarse quedó fuera de su ámbito una gran cantidad de dependencias, a las que se han sumado progresivamente otras nuevas creaciones que por su estructura, número de personal y movimiento propio de público requieren de costosos edificios, ya sea alquilados o construidos especialmente con el erario público provincial.
El propósito de seguir ampliando esta superestructura, más allá de beneficiar el funcionamiento del Estado, está provocando un sobredimensionamiento de la estructura gubernamental que debería ser considerada dentro de un reordenamiento que priorice el uso de los espacios públicos para actividades vinculadas al esparcimiento y la recreación cultural y física de la gente.
El anuncio realizado en el marco de la recordación del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia de realizar un trabajo interministerial sobre el edificio de la exlegislatura provincial, declarado como Monumento Histórico Provincial, y que consisten en estudios técnicos que serán desarrollados por la UNSJ y financiados por la Secretaría de Ciencias y Tecnología e Innovación, con el apoyo de los ministerios de Gobierno y de Turismo y la Cámara de Diputados; representa un esfuerzo que podría estar orientado a otras realizaciones a fin de fortalecer el crecimiento cultural, deportivo y social de la provincia. La búsqueda de un crecimiento de la infraestructura oficial más armónico y ordenado debería ser el objetivo principal de la planificación cada vez que surge la necesidad de contar con nuevas dependencias.
Actualmente en el centro de la ciudad Capital de San Juan funcionan oficinas públicas tanto en edificios alquilados como construidos especialmente para tal fin, fenómeno que también se da en la mayoría de los departamentos donde las respectivas municipalidades también han tenido que acudir a alquilar salones o viviendas para que funcionen algunas de sus oficinas que no tienen lugar dentro del edificio comunal.
Otro aspecto a tener en cuenta es el impacto que esas dependencias tienen en los ámbitos donde están funcionando. Ellos generan lugares que los fines de semana o en horas de la tarde, en algunos casos, se convierten en sitios solitarios de la ciudad, con escasa actividad lo que es contraproducente para la actividad comercial o la vida de relación de los vecinos.
Armonizar el funcionamiento del Estado incluyendo a todas sus dependencias es una tarea necesaria para evitar un crecimiento desproporcional que afecte el normal funcionamiento de los centros urbanos en detrimento de la propia sociedad.
