Por segundo año consecutivo la celebración o recordación del 1 de Mayo, Día Internacional del Trabajador, se da en medio de la pandemia del coronavirus opacando todas las actividades que otrora se realizaban para esta fecha. En nuestro país esta efemérides estaba impregnada de un carácter netamente festivo -a pesar de que su origen está en el homenaje a la tragedia de los Mártires de Chicago- pero después de que el Covid-19 se propagara por todo el planeta, la celebración dio un giro respecto a cómo era anteriormente, dando lugar a actos recordatorios en los que el trabajo ha comenzado a ser visto como un bien escaso y cada vez más difícil de sostener tanto por parte de los empleadores como los empleados.


La reivindicación de las condiciones de los trabajadores que hasta antes de la pandemia se realizaba cada primero de mayo ha dado paso a otros conceptos como el de la necesidad de sostener las fuentes laborales y evitar despidos generados por la disminución de la actividad económica que se ha registrado en todos los ámbitos a consecuencia del coronavirus. 


El Día Internacional del Trabajador conmemora el 1 de mayo de 1886, fecha que marcó un antes y un después en la historia del movimiento obrero organizado. Aquel día en la ciudad de Chicago, Estados Unidos, comenzó una huelga en reclamo de derechos laborales, mejores condiciones de trabajo y, fundamentalmente, de la jornada de 8 horas que por entonces no se cumplía. El paro de actividades se extendió hasta el 4 de ese mes, cuando se produjo la Revuelta de Haymarket que terminó con la ejecución de un grupo de sindicalistas anarquistas, bautizados posteriormente como los Mártires de Chicago.


Desde esos acontecimientos el Día del Trabajador fue instaurado en casi todos los países del mundo salvo, curiosamente, en Estados Unidos y Canadá donde la fecha es celebrada el primer lunes de septiembre. 


En esta nueva etapa que se ha abierto tras la irrupción del Covid-19 en todos los ámbitos de la vida económica de los países, el sector trabajador deberá participar del reacomodamiento de actividades, como el surgimiento de otras formas de trabajar que incluye las nuevas tecnologías, el trabajo desde el hogar y la aceptación de los protocolos de seguridad. Todo esto dentro de una nueva dimensión que está provocando un proceso de transformación de algunas actividades laborales.