Gran impacto ha provocado en el Vaticano y en ámbitos diplomáticos, la posibilidad de que el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, en la próxima visita que realizará al papa Francisco, el 18 del corriente, sea portador de una invitación de su par norcoreano, Kim Jong-un, para que el Sumo Pontífice visite Corea del Norte.


De concretarse este gesto, será uno de los hechos más destacados dentro de la diplomacia de dos estados que desde siempre se han mantenido distantes.


Analistas de los asuntos del Vaticano coincidieron en que de concretarse la posibilidad de que el Papa viaje a Corea del Norte, representará un importante avance en el proceso de paz que se ha encarado en la península coreana y un nuevo triunfo diplomático para la Santa Sede, que se sumará a otros hechos trascendentales del papado de Francisco como las visitas realizadas a Corea del Sur, Sri Lanka y Filipinas y a Myanmar y Bangladesh, en el continente asiático. También hay que tener en cuenta que está previsto para el próximo año una visita a Japón, viaje que podría agregar una escala en la capital norcoreana, Pyongyang.


Por su parte Kim Jong-un ya tiene experiencia en el uso de los buenos oficios de su par surcoreano, quien colaboró con la histórica cumbre que mantuvo con presidente norteamericano Donald Trump, en la que acordaron avanzar en la desnuclearización de la península.