El último escollo normativo planteado a lo largo de los últimos tres años para hacer efectiva la separación del Reino Unido de la Unión Europea, fue superado el último miércoles al aprobarse la Ley del Brexit, que ratifica la decisión mayoritaria del referéndum celebrado en junio de 2016. Sólo falta la firma de la Reina Isabel II para protocolizar la norma y así cumplir con la fecha de salida prevista para el próximo 31 de enero.


Superar el último obstáculo parlamentario ha sido un éxito del primer ministro conservador Boris Johnson quien solucionó todas las modalidades del divorcio y las negoció con Bruselas. Pero el gran mérito fue lograr que la Cámara de los Comunes rechazara de plano las cinco enmiendas introducidas por la Cámara de los Lores, dando por terminadas las acaloradas sesiones parlamentarias de los últimos tres años.


La ley del Brexit prevé un tratamiento diferencial para Irlanda del Norte y abre las puertas a una posible aduana "interior" en el Mar de Irlanda, fijando también un período de transición improrrogable de 11 meses, hasta el 31 de diciembre venidero. Johnson pretende negociar en este tiempo récord el futuro tratado comercial con la UE, aunque el gobierno de Bruselas ya le advirtió que será virtualmente imposible.


No obstante, el aguerrido premier busca anticiparse a los hechos con la intención de iniciar antes las negociaciones para el futuro acuerdo comercial con los Estados Unidos, para lo cual ha previsto una visita oficial a Donald Trump en febrero próximo. Mientras tanto el Parlamento Europeo anuncia una sesión especial para tratar el Brexit en la próxima semana.


Lo importante para destacar es que este conflictivo divorcio que llega a su punto final para ser implementado, es una gran victoria de Johnson el conservador que también fue funcionario del gobierno anterior de Theresa May, pero que se apartó a tiempo para abrirse paso en la crisis institucional. De nuevo en el poder se enfrentó al Parlamento y también con los socios de la UE, pero como los tiempos no lo acompañaban para las fechas previstas, convocó a elecciones donde su triunfo fue abrumador.


En este contexto tan complejo no está dicha la última palabra, ya que para el 1 de julio se citó a una reunión clave para decidir si prolongan la transición del Brexit, lo que implicaría nuevas negociaciones por uno o dos años más. Londres tiene posición tomada y no aceptará esa opción.