La devaluación del peso frente al dólar, durante el año pasado, alteró la economía con un efecto inflacionario que impactó en todos los sectores, pero hay varios rubros en que la paridad con la divisa norteamericana tuvo un efecto positivo, como son las exportaciones, una balanza comercial favorable y el arribo de turistas.


Los precios internos son un atractivo adicional para el visitante, como efecto en el aumento de los arribos y las estadías más prolongadas a fin de recorrer las bellezas naturales y estar más en contacto con nuestra cultura. El último informe del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) indica una suba del 12,3% de llegada por vía aérea, en noviembre pasado respecto a igual mes de 2017.


La contrapartida es la menor salida de argentinos a diversos lugares del mundo, que cayó un 19,8% en el mismo lapso registrado, obviamente por el encarecimiento de los viajes cotizados en dólares y de allí el giro en estas vacaciones hacia el turismo interno. Lo importante es que este cambio ha consolidado el posicionamiento de la Argentina en uno de sus principales rubros exportadores, contribuyendo a la generación de un mercado laboral genuino y sustentable.


De acuerdo a la Encuesta de Turismo Internacional, el gasto total de los visitantes externos que ingresaron por Ezeiza, Aeroparque, Mendoza y Córdoba, aumentó 31% medido en términos reales en el tercer trimestre del año pasado. Se destaca el 29% de arribos de Chile en los diferentes aeropuertos nacionales, con una proyección aún mayor en virtud del tráfico aéreo comercial de los últimos meses.


Pero la afluencia de gente del exterior no sólo se debe al dólar sino a la mejor infraestructura que ofrecemos para facilitar el desplazamiento del visitante. En 2015 únicamente cuatro provincias tenían conexiones aéreas internacionales, mientras que para este año se encuentran autorizadas diez terminales provinciales, lo que evitará pasar por Buenos Aires. Además se han incrementado notoriamente las rutas de cabotaje como las que tendrá San Juan, para facilitar el destino elegido.


Las 274.600 llegadas de turistas extranjeros por vía aérea en noviembre, último registro oficial, es una cifra sin precedentes que obliga a replantear los servicios receptivos, como se ha hecho con la aeronavegación comercial de bajo costo, de manera de contar con mayores y mejores ofertas de nivel internacional. Se debe mejorar las medidas de seguridad para que ningún visitante sea víctima de la delincuencia oportunista, que resiente la confiabilidad que exige el visitante al país anfitrión.