La provincia de Buenos Aires es uno de esos casos curiosos ya que a pesar de ser una de las jurisdicciones más grandes del país respecto a su extensión (307.571 km2 de superficie), disponer de una de las mejores tierras y climas del planeta, ocupar el primer lugar en materia de producción agrícola, ganadera e industrial y contar con una población suficiente para garantizar el éxito de cualquier mercado (casi 15 millones de habitantes), se encuentra padeciendo problemas de vieja data que no han podido ser solucionados por ninguna de las gestiones de gobierno de las últimas décadas. En este período se han sucedido mandatarios de casi todas las fuerzas políticas, lo que habla de un problema administrativo más que de lineamientos e ideologías.


En una enunciación somera de los problemas que la afectan se puede mencionar la situación del Riachuelo y su histórica contaminación. Desde 1993 en que la Secretaría de Recursos Naturales y Ambiente Humano de la Nación estaba en manos de María Julia Alsogaray, durante la presidencia de Menem, y se hizo la promesa de que en 1.000 días se lograría el saneamiento de esta cuenca, es muy poco lo que se ha avanzado, a pesar de que posteriormente fue creada la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo (Acumar), con intervención conjunta de la provincia, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Gobierno Nacional.


Otra de las situaciones corresponde a la falta de obras para evitar que en algún momento se repita la gran inundación que en 2012 afectó a la ciudad de La Plata, capital de la provincia, como también la falta de provisión de agua corriente o electricidad a cerca de mil villas de emergencia donde la pandemia del Covid-19 está pegando fuerte.


De la misma forma podríamos mencionar otros problemas ambientales y de distribución poblacional, como también vinculados a servicios esenciales como salud y seguridad y otros que afectan a la matriz productiva.


En salud la falta de hospitales ha quedado en evidencia en la pandemia y la seguridad viene siendo bastante deficiente, con hechos muchas veces no esclarecidos, agravados por los reclamos salariales y de condiciones de trabajo de los efectivos policiales. 


En materia financiera los distintos gobiernos siempre han estado contemplando la manera de asegurar recursos a este gran distrito, aunque evidentemente estos fondos nunca han sido suficientes para que la provincia brille en medio de una situación general del país que tampoco es muy alentadora.


Fondos especiales, Reparación Histórica o el Fondo de Fortalecimiento Financiero, no han alcanzado para que Buenos Aires muestre su mejor cara, en un fenómeno que habla de mala administración y de gastos desmedidos.