El calendario nacional de elecciones generales se pondrá en marcha el domingo 10 en la provincia de Neuquén y la expectativa ante el recambio de autoridades va más allá del signo político que triunfe en un distrito dominado históricamente por el Movimiento Popular Neuquino (MPN). Como lo vienen sosteniendo los analistas políticos, la marcha de la economía será decisoria en los resultados y más en la región patagónica donde se encuentra la mayor generación de riqueza a futuro, centralizada en el yacimiento no convencional de Vaca Muerta.

Se trata de un escenario complejo por las características especiales de este distrito electoral, de manera que quien dirija esta provincia estratégica en los próximos años también se impondrá en el manejo de los recursos propiedad del Estado provincial y deberá negociar con la Nación desde las regalías conocidas hasta los subsidios a la explotación del gas no convencional, generador del actual conflicto entre el Ejecutivo nacional y la industria petrolera.

Un probable triunfo opositor, encabezado por el kirchnerismo, manejará los principales poderes locales. Por un lado la política y, por otro, las petroleras que a su vez manejan sus negocios e intereses con participación del sindicalismo para el reparto de la torta, con privilegios que no tienen otras organizaciones gremiales del país, como la exención del impuesto a las ganancias.

Todo esto fuera del contexto político nacional, plantea un enorme interrogante sobre el futuro del desarrollo de uno de los mayores yacimientos hidrocarburíferos no convencionales del mundo. Lo preocupante para la Nación, en una hipotética reelección de Mauricio Macri, es perder el dominio petrolero de la Patagonia Norte y en más todavía de la zona de Vaca Muerta en caso de que llegue a ganar Ramón Rioseco, actual intendente de Cutral Co, erigido candidato por la unidad peronista y bendecido personalmente por Cristina Kirchner para disputarle la provincia a Omar Gutiérrez del MPN.

Si bien Neuquén es tan solo el 1,45% del padrón electoral y por ello a ninguna fuerza política de gravitación nacional debería inquietar un triunfo kirchnerista en la zona, es el territorio estratégico el que importa por tantos intereses en juego debido a su incalculable riqueza petrolera y la ley que le da a la provincia la potestad y la discrecionalidad de negociar los contratos de concesión y prebendas laborales sobre las áreas petroleras.