Hasta ahora todas las advertencias científicas apuntaban a las graves consecuencias del calentamiento global por la alteración de los ecosistemas ante una contaminación ambiental que de no detenerse puede terminar con la vida de todas las especies. Las bruscas alteraciones climáticas, que ya se sienten con rigor en el mundo e impactan en el derretimiento de los glaciales es una verdad indiscutible, como también la reticencia de algunas naciones al ignorar sus compromisos ambientales.


Pero recientes estudios sobre el impacto económico regional debido al calentamiento del planeta revelan altibajos en el Producto Bruto Interno (PBI) de las naciones, según la ubicación geográfica, con notables crecimientos o caídas, con relación a la evolución histórica de crecimiento. Investigadores de la Universidad de Stanford (EEUU) han determinado la relación entre temperaturas y crecimiento económico de 165 países a partir de los valores de 1961, cuando todavía la temperatura media anual era estable.


En consecuencia, entre las naciones más beneficiadas actualmente están algunas de las más frías, como Finlandia, Noruega y Canadá, con un incremento del PBI del 48,2%, 34,3% y 32%, respectivamente del que hubiesen tenido sin que el cambio climático suavizara sus temperaturas medias. Rusia y la mayoría de los países de Europa del Este también se benefician por el calentamiento.


Por otra parte la mayoría de los países más desarrollados se encuentra en la franja templada del planeta, donde los impactos son más suaves y de fluctuaciones más inciertas, por lo que EEUU hubiera crecido un 0,2% de no mediar el calentamiento global, mientras Francia subió en un 4,2% su PBI, afirma el estudio. En el otro extremo están los países tropicales o cercanos al Ecuador donde la pérdida promedio del PBI llega al 30%, aunque hay extremos como Mauritania o Níger donde la caída ha sido de más del 40 por ciento.


Los datos históricos se reflejan en cosechas que rinden más o en actividades favorables en los países más fríos gracias al aumento del calor, y todo lo contrario en las regiones que ya son cálidas, a lo que hay que sumar las alteraciones climáticas que arrasan cultivos con inundaciones o sequías destructivas.


A la localización geográfica de los países más vulnerables y con menor capacidad de enfrentarse al cambio climático se suma la precaria infraestructura sanitaria. Se producen cambios en la distribución de insectos vectores de enfermedades y epidemias que ya lo señaló con preocupación el Acuerdo de París sobre el efecto invernadero.