Un pormenorizado informe de 4.000 páginas sobre las consecuencias en el planeta del cambio climático, elaborado por expertos de las Naciones Unidas, ha terminado un trabajo que no será publicado hasta febrero de 2022, una vez que sea analizado y aprobado por los 195 estados miembros, en las próximas reuniones internacionales decisorias sobre el clima y la biodiversidad, antes de fin de año. Pero ha trascendido un resuman técnico de 137 páginas, lapidario para el futuro de la humanidad.

Para los científicos de la ONU la publicación del estudio tal vez llegue demasiado tarde porque plantea un panorama mucho más sombrío que el último diagnóstico climático y su impacto sobre las especies, que fuera publicado en 2014. El alerta actual es por una "crisis de extinción" en la que han desaparecido ejemplares de flora y fauna mil veces más rápido a lo detectado anteriormente en los diferentes ecosistemas.

Las aves aparecen como las más vulnerables por el avance del desarrollo económico, la contaminación de las aguas, deforestaciones imparables, la presencia de especies invasoras, la caza furtiva por sus plumas y animales capturados por coleccionistas privados. En todos los casos la causa definitiva es la acción del ser humano.

Oficialmente el Gobierno de Estados Unidos acaba de declarar extinto al llamativo carpintero real, o picamaderos, la especie más conocida en ese país, con un pesar que causó mucho revuelo. Pero una sucesión de búsquedas infructuosas llegaron a la conclusión de que no pudo sobrevivir junto a 23 aves autóctonas incluidas en un listado de especies amenazadas, cuando se dio la primera voz de alerta en la década de 1960.

No obstante existe la esperanza de que el simpático picotero pueda estar oculto como ocurrió con 54 especies en peligro que se recuperaron, como el águila calva, el pelícano pardo y otros animales nativos, o como la mayoría de las ballenas jorobadas. Pero esa sobrevivencia se complica con las sequías, inundaciones, incendios forestales y cambios de temperatura.

Para los científicos el objetivo ya no son las especies concretas, sino preservar su hábitat, a fin de proteger a toda la fauna y flora del lugar. Con estos informes se deben realizar estudios en San Juan para conocer el estado de los lugares donde se concentra la vida silvestre, desde los avistamientos hasta el control de los depredadores, incluyendo a la caza furtiva y los traficantes de ejemplares exóticos.