Al terminar la vigencia del DNU 431/2021 el 31 de diciembre pasado, el coronavirus dejó de considerarse una enfermedad en el listado general de actividades laborales, y a partir de este año la cobertura de la patología depende de las comisiones médicas que intervengan en casa caso. La inquietud del ámbito empresario y sindical fue mayor al ratificarse que las Aseguradoras de Riesgo de Trabajo (ART) se limitarán al personal de salud y de fuerzas de seguridad.
En principio no extender la norma parece un desacierto político, teniendo en cuenta que esta tercera ola de covid-19 tiene cifras contundentes de contagios, enfermos y fallecidos en la crisis sanitaria, pero a diferencia del inicio de la pandemia, cuando regían restricciones de circulación y la mayor posibilidad de contraer la enfermedad estaba en los lugares de trabajo, ahora el panorama es diferente.
Ahora la estadística revela que la mayoría de quienes contraen el virus lo hace en el ámbito social, a tono con la progresiva apertura de actividades y más todavía en época de vacaciones con gran movimiento de personas, de manera que los lugares de trabajo se convirtieron en espacios más seguros con la aplicación de protocolos. De allí la decisión de no prorrogar el DNU, aunque el argumento oficial sume mayores críticas a las ART y ciertas obras sociales.
Los paños fríos los puso el ministro de Trabajo de la Nación, Claudio Moroni, al enfrentarse con la CGT y reiteró que el coronavirus sigue siendo una enfermedad laboral y los que se contagian tiene cobertura de las Aseguradoras, pero aclaró que el afectado debe pasar por una comisión médica como en cualquier otra enfermedad. Y recordó que la Argentina fue el único país del mundo en establecer la presunción absoluta de que el covid-19 es una enfermedad laboral.
Sin embargo las ART piensan de otra manera, según una comunicación en la que rechazan de plano las denuncias posteriores al 1 de enero de 2022, dado que a partir de esa fecha dicen encontrarse ante una enfermedad considerada de carácter inculpable, es decir no relacionada con el trabajo, con excepción de los miembros de la salud y fuerzas de seguridad.
El problema en estos entredichos surge por la gran morosidad de las ART para considerar los diferentes matices de la emergencia sanitaria. No han implementado un protocolo de pronta respuesta para los casos que se presentan ante las comisiones médicas de una enfermedad inexistente en su nómina patológica.
