En una temporada en la que hubo incendios rurales en casi todas las regiones del país, la situación que afronta en estos momentos la provincia de Corrientes es una de las más graves que se han presentado. Según información del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) por día se están quemando unas 20.000 hectáreas y desde el comienzo de los incendios, hace aproximadamente un mes, el fuego que por momentos está sin control ha reducido a cenizas más de 550.000 hectáreas de campos, sin que hasta el momento se haya visto un despliegue oficial por parte de los organismos oficiales para controlar o terminar con este desastre ecológico.
Es conocido que los factores que han incidido con este fenómeno son las altas temperaturas, las escasas lluvias en toda la región y una sequía que en términos generales está afectando a todo el país.
Las consecuencias de estos incendios es el daño ecológico que el fuego está dejando en cada uno de los lugares donde se va propagando. Al igual que lo ocurrido a fines del año pasado en la zona de las Sierras de Córdoba y a principio de 2022 en el Sur, en zonas cercanas a Bariloche y El Bolsón, las zonas devastadas muy difícilmente se van a recuperar en poco tiempo ya que el fuego afecta seriamente la biodiversidad dejando estériles los terrenos y destruyendo a su paso la flora y afectando la fauna. A esto hay que sumarle la peligrosidad que tienen estos fenómenos para las poblaciones cercanas o lugareños que en numerosos casos han perdido o están perdiendo sus viviendas.
En el caso de Corrientes, los incendios comenzaron hace aproximadamente un mes pero tanto de las autoridades provinciales como nacionales no advirtieron la gravedad de la situación y dejaron que los focos ígneos se multiplicaran y se propagaran por toda la provincia, con el peligro de que el fuego avance a provincias vecinas.
La falta de acción oficial y el erróneo proceder del gobernador, Gustavo Valdés y del ministro de Ambiente de la Nación, Juan Cabandié, que nunca se hicieron presentes en el lugar de los hechos y que llegaron a culpar a los productores de la provincia por los incendios, ha hecho que la situación en estos momentos sea insostenible.
En estos momentos en muchos sectores el fuego es incontrolable y se carece de medios apropiados para combatirlo, a pesar de que durante la última presidencia de Cristina Fernández se anunció que el país había adquirido 26 aviones hidrantes que no se disponen en la actualidad. Lo mismo que el equipamiento que se dijo que se iba a proporcionar al Sistema Nacional de Lucha contra el Fuego, un organismo especial que nunca ha funcionado como tal ya que se ha dejado que los incendios causen cuantiosas pérdidas.
