Aunque no hay guerras declaradas con intervención directa de naciones desarrolladas, paradójicamente aumenta la inversión militar, incluyendo el desarrollo de armamentos que en breve harán obsoletos los más avanzados arsenales actuales, según observadores que siguen de cerca la competencia del poder ofensivo.


El interrogante del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz es por qué el gasto militar mundial creció un 2,6% y superó los 1,8 billones de dólares hasta marcar un máximo histórico desde que existen cifras confiables. Los datos de referencia no incluyen algunos Estados con inversiones extraordinarias en defensa como Corea del Norte, Siria, Eritrea o Emiratos Árabes en los últimos años.


El liderazgo lo tiene EEUU: el año pasado aumentó el gasto militar por primera vez desde 2010. Trump lo llevó a un 4,6% con respecto a 2017, hasta los 649.000 millones de dólares, un 36% del total mundial. Y con su rival estratégico, China, superan más de la mitad de la inversión global en defensa.


Washington utiliza los drásticos recortes a la inversión en medioambiente (renunció al Acuerdo de París), a la cooperación exterior y otro tipo de ayudas. Es más, Trump redujo al mínimo la presencia norteamericana en Afganistán y varios de centenares de asesores militares desplegados en Siria e Irak. Por eso el mayor gasto de EEUU responde más a una estrategia de disuasión que a las exigencias actuales de sus operaciones externas con más de 800 bases militares en 40 países aliados. También se explica por la adquisición de armamento de fabricación nacional, principal argumento del presupuesto en Defensa.


China, por su parte sigue aumentando el gasto militar hasta un cuarto de billón de dólares. Es el segundo en inversión mundial y asigna anualmente un 2% del PBI en armamento. Según informes de inteligencia EEUU, Rusia y China compiten en el desarrollo de nuevos armamentos, como los misiles hipersónicos, que convertirán en chatarra a los actuales. Pero también Trump ordenó crear un sector militar dedicado al espacio para garantizar el dominio estadounidense del cosmos.


Los 29 miembros de la OTAN también reaccionaron aumentando conjuntamente el gasto militar un 7% el año pasado respecto a 2017 y la sorpresa es que algunos miembros más recientes como Polonia, Rumania, Bulgaria, Lituania y Letonia llegaron al 20% por los temores que provoca Rusia en esa región.