A pesar de que son varias las figuras vinculadas a la anterior gestión de gobierno que ya han sido detenidas, como Ricardo Jaime y Lázaro Báez, a consecuencia de casos de corrupción que están en manos de la justicia, la detención del exministro Julio De Vido tiene un significado especial, ya que representa un certero golpe a la impunidad que hasta ahora gozaba este personaje, considerado el arquitecto del poder del kirchnerismo y un súper funcionario todopoderoso que dirigió el Ministerio de Planificación Federal desde el primer día de la presidencia de Néstor Kirchner (mayo de 2003) hasta el último de Cristina (diciembre de 2015).


Su condición de diputado nacional obtenida en las elecciones generales de 2015, le otorgaban los fueros necesarios para evitar el procesamiento en las numerosas causas que estaba denunciado, por lo que fue necesario que la Justicia solicitara a la Cámara de Diputados el desafuero que finalmente se concretó este miércoles, posibilitando su inmediata detención. Para la mayoría de los argentinos se trató de un hecho histórico que pone fin a una etapa de privilegios e impunidad, que posibilita recuperar la confianza en las instituciones, especialmente la Justicia.


El desafuero y la detención de De Vido eran imprescindibles para fortalecer el proceso de transparencia que promueve el Estado y de la lucha contra la corrupción iniciada desde el primer día de asunción de las actuales autoridades. Con este hecho emblemático se deja en claro que la Justicia dispone de la independencia necesaria para sancionar hechos de corrupción en cualquiera de los ámbitos, al haber quedado demostrado que los fueros parlamentarios no son obstáculos a la hora de administrar justicia.


La detención de De Vido fue motivada por causas específicas, como el desvío de fondos en el proyecto de la minera Río Turbio y la tragedia de Once, pero cuenta en su haber con cinco procesamientos más, 26 imputaciones y más de 80 denuncias por corrupción. Todo un récord para quien desde anteayer comparece ante la justicia desprovisto de los fueros y cargos que supo ostentar por mucho tiempo.


Sin duda una situación esperanzadora para quienes siguen bregando para que todos los funcionarios y personas de este país sean considerados iguales ante la ley.